Aquellos polvos
engendraron estas femeras.
Os lo diré con
palabras de Miguel Labordeta
… … … A vosotros:
los poderosos
energúmenos los grandes señores de la culpa los
que con vuestra
codicia más enorme aunque en el cielo de tal
hipocresía
arramblasteis con la mejor rapiña en el río revuelto y
no fuisteis para
vuestros hermanos sino hoscos verdugos con
sonrisa de lobo y una
estela de odios encendidos dejasteis
para mil años que
vinieran y más:
en nombre de mi
generación yo os acuso.
… … … A vosotros:
los violentos los
idealistas de la muerte
los que sumisteis al
mundo en un fragor de horrores
creyendo crear un
nuevo sol con vuestra pobre bola de sebo
en nombre de mi
generación yo os acuso.
… … … A vosotros:
a los espirituales
estómagos que nos hablaron tanto del infierno
a los profetas de
grandes paraísos de chatarra
a los indiferentes que
tan sólo soñaron con sus bolsillos miserables
a los que con la flor
en el ojal jugaron al ensayo
a los complejos
sexuales a la pederastia
a la morfinomanía a la
aventura política de porrazo y tente tieso
perdidos putrefactos
podridos de civilización de asco y de cine barato
estuvisteis malditos
estaréis corrompidos por los siglos de los siglos
fuisteis rebaño
propicio
cuando llegó la gran
merienda de los ultimatums
lo mismo que lo
seríais si tal momento de nuevo
como parece ser así:
en nombre de mi
generación yo os acuso.
… … … (De “Epilírica”, 1951)