Abandoné la sala de lectura, descendí las
escaleras iluminadas con vidrieras, llegué al pórtico de columnas y, entre
ellas, la ví otra vez. Tenía a mano la cámara y le hice esta foto.
Foto de Clemente Alonso Crespo. |
Aquí
estaba, en su lugar de siempre, airosa, esbelta, templada en su talle como
buena moza mudéjar. Como reina en el damero del ajedrez de calles del recinto
antiguo de Teruel. Aquí está hoy, en este mediodía de sol, como señora
resplandeciente, dejando atrás los tiempos en que fue dañada, tiroteada,
bombardeada.
La
levantaron humildes alarifes con adobes horneados y mosaicos verdiazules
reflectantes de los soles por sus cuatro costados.
Híbrida,
mestiza de gentes y culturas, puerta de entrada entrañada siguiendo la cuesta
con aquel gentil “anda jaquilla” convertido en portal Andaquilla para siempre.
Solitaria
y altiva en la mañana de estudio en la Biblioteca en la plaza del Seminario,
junto al Instituto de estudios turolenses, observando a un Teruel antiguo
turbetano en su altozano, luego volcado, abocado desde la Escalinata en cascada
hacia un Turia síntesis del wad del río espejeado y limpio, de ahí Guadalaviar,
en su confluencia con el Alfambra, árabe sangrado con sus aguas revueltas en
arcilla, y otra vez los dos hermanados nombrados Turia, como homenaje a la Toureolu
donde se esparcían los toros entre mojones térreos erguidos y heridos por los
vientos y horadados por las manos sarmentosas de unos ceramistas también
humildes.
La tragedia de la guerra. |
Muwasajas, zéjeles, romances, jotas, canciones de
mestizajes igualitarios entre las gentes la han cantado, con sentimientos
prohibidos convertidos en amores más queridos entre Muñoces y Marcillas,
Amantes de todos los tiempos.
Hermana de la torre de El Salvador y de
San Pedro, torres que han sido puertas de la ciudad medieval en torno a la
mezquita que luego fue catedral de Santa María, por donde las gentes entraban
hasta la triangulada plaza mayor porticada que vino en llamarse del Torico, el pequeño
e inquieto toro encumbrado sobre su columna pétrea desde la que ha visto pasar
toda la vida de paisanos y foranos.
Tiene
la torre más aire…
Hoy,
en esta mañana plácida de lectura y estudio sereno, desde el porticado de la
biblioteca pública te contemplo, te admiro, te acaricio con el sol de mediodía
del íntimo Teruel, hermosa y mestiza doncella.
Precioso!!
ResponderEliminarOiga usted "Tolosa", Lahoz, Castelló, doña Irene, pancrudina y también orriana... muchas gracias. ... y a mandar que paeso estamos...
ResponderEliminar