martes, 1 de febrero de 2011

Orrios, iglesia vieja. Soguegación de 1754

La iglesia vieja de Orrios según la soguegación de 1754.

            Diez varas de elevación.
         Veinticinco varas y media de larga.
         Paredes gruesas de diez varas de ancha.
         Sesenta y nueve varas de circunferencia.
         Planta de torre de seis varas de grueso de las paredes.
         Cementerio: cuatro varas de ancho por dos varas y un palmo de         elevación, de largo treinta y una varas y media, de ancho veinticuatro varas, de circunferencia ciento once varas.

(Una vara tenía 33 pulgadas. La pulgada no era de  la misma longitud en todos los territorios, venía a medir entre 75 y 92 centímetros)




  
Silla de piedra en el barrio alto de Orrios. @cac.
              Sentado en este sillón de piedra rescatado de la que fue casa de los Castelló, antes Castellot y todos ellos originarios de quienes repoblaron este lugar llegados desde Castellote, miro, en las mañanas soleadas y frías de Orrios, la reliquia presente de la torre de la antigua iglesia. La nueva fue levantada, según marca la primera piedra, en 1709. Ha quedado ahí en el limbo de las propiedades eclesiales objeto de las desamortizaciones. Aquellos limbos y los de ahora, que ni siquiera Benedicto XVI nos confirma bajo dogma, siguen un día y otro con su lento deterioro.
            Este último verano el propietario de una de las casas construidas adosadas a la torre en fechas más recientes cubrió la techumbre de lo que queda de la torre con unas placas de aluminio. Las antiguas tejas, castigadas por el viento y los hielos ya no eran capaces de proteger de las lluvias y las nieves,  y desaguaban en los bajos convertidos en bodegas cobijadoras de patatas y, en tiempos, de remolachas y, hasta hace poco, eran corte donde se engordaban los cerdos y hasta un par de corderos que esperaban el degüello. El antiguo cementerio utilizado luego como huerto desde el último año se ha quedado0 en barbecho.
            Según documentos firmados entre los representantes eclesiásticos y los civiles en los años desamortizadores del primer tercio del siglo XIX seguirían en propiedad del curato las iglesias y ermitas en las que se mantuviera culto. Es por por tanto este resto de la vieja iglesia y aledaños propiedad civil, puesto que el culto se trasladó, y aún se mantiene, a la actual terminada en 1712.
            Pero este lugar de Orrios, como muchos de Aragón, es rico en monumentos históricos que constituyen un rico patrimonio devenido en ruinas. Es cierto que desde hace unos veinte años nos estamos preocupando bastante más de todo aquello que formó y forma parte de nuestra manera de ser. Porque las calles en donde jugamos de niños, las acequias en las que nos caímos, la vieja escuela donde aprendimos a leer y a escribir, las parvas castigadas por el sol en los días de la trilla, los amigos de la infancia, el ir y venir de la casa a los campos, los saciadores riegos de la vega y los huertos y el aprendizaje de los labriegos trabajos pegados a la tierra, transmitidos por los padres y los abuelos, son arrumbos que nos han llevado y traído en los días de nuestra vida.
            Por eso a veces me quedo en esta piedra convertida en silla que sus propietarios abandonaron junto al arco también pétreo de entrada a la casa, cuando el ladrillo sustituyó al tapial. Fue entonces cuando el mozo hoy setentón de pelo cano que atiende Florián la rescató e instaló en esta esquina de la plaza del barrio alto, en donde se volcaba la vida de los lugareños desde la herrería, el molino y el horno.
            La iglesia quedó marcada y medida a la manera de entonces, con una soga anudada donde se marcaban las varas. El sistema métrico decimal aún no había llegado. Queden aquí las medidas y la visión del sólido tapial que aún podemos contemplar en las mañanas frías de los inviernos de Orrios desde el solanar pétreo del barrio alto.

Orrios, torre de la vieja iglesia. @cac.

Fragmento del original de la soguegación de los bienes de la Encomienda de Orrios en 1754. El original en el Archivo histórico nacional, legajo 8294.1








Orrios
1754
A.H.N.
Legajo 8294.1
Transcripción de Clemente Alonso Crespo.-
... ... ... 

Y aviendo medido la Yglesia vieja, torre vieja, y cimenterio todo contiguo situado en dicho Barrio Alto confrontante lo uno con lo otro y todo junto con casa de Bicente Boira y vía pública hallaron que dicha Yglesia vieja consta de Diez varas de elevación de veinte y quatro varas y media de larga con gruesas paredes de Diez varas de ancha; y de sesenta y nuebe de Circunferencia. Que dicha planta de torre consta de seis varas con grueso de paredes estando conexa con la dicha Yglesia. Y que el Cimenterio consta por lo que mira hacia casa de Vicente Boira de quatro varas de elevación, y por lo que mira a las vías públicas de dos varas y un palmo el qual tiene de largo treinta y una varas y un palmo el qual tiene de largo treinta y una varas y media, de ancho veinte y quatro varas; y de Circunferencia Ciento y once varas. Y aviendo sogueado la Cañada de Fuentes situada en los términos de dicha villa confrentante con la Partida llamada el Campillo, con el Abrebador del Badillo, con la Dessa de la Villa llamada los Barrancos todas las Aguas vertientes, avían hallado que constaba de Ciento y cuarenta y una juntas o jubadas de tierra culta; y de tierra inculta de treinta y quatro juntas, todo lo qual declararon vajo el juramento que tienen prestado en lo que se ratificaron y afirmaron y dixeron ser de edad el dicho Gregorio Colás de sesenta y dos años poco más o menos, el dicho Joaquín Colás de cuarenta, el dicho Antonio Gil de sesenta y seis poco más o menos y el mencionado Joseph Asensio de sesenta y dos y firmó el que supo, y no su merced dicho Señor Alcalde de que doi fee=

                                               Antonio Gil, Agrimensor
                                               Joaquín Colás, alarife


                        Ante mí
                                               Lorenzo de Oria, Escribano




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