martes, 18 de octubre de 2011

Alfambra y Malta. Relojes analemáticos.

     


Biblioteca nacional de Malta.@cac.
                 Estos días de celebraciones pilaristas en un otoño de verano tan sin lluvias he estado recorriendo la pétrea isla de Malta y su hermana menor Gozo. Tantas veces había estado allí con los documentos sanjuanistas y nunca había puesto los pies en esta isla estado tan traída y llevada por los tiempos de la Historia por fenicios, romanos, turcos, musulmanes y cristianos, españoles, ingleses, franceses... interesados todos en su dominio como lugar de estrategia privilegiada en los intereses políticos, que no son otros más que dominio económico en unos u otros tiempos.
                 A mí me interesba sobre todo conocer  esos lugares donde llegaron los sanjuanistas para establecerse y levantar tantas fortalezas y tantas iglesias con cúpulas a imagen y semejanza del Vaticano del que fueron beneficiados servidores. He podido acariciar las piedras sillares que confortan todas las construcciones civiles, militares y religiosas de Malta extraídas desde cualquier cantera de cualquier lugar, porque en definitiva Malta y Gozo y Comino, islas de este estado maltés, no son más que un compacto pétreo habitado por medio millón de personas arracimadas en torno a las fortalezas, ciudadelas e iglesias que levantaron esos monjes soldados que tanto sabían de propiedades agrícolas en España y de finanzas en todo el Mediterráneo.
            Hubiese querido tener más tiempo para engolfarme entre los documentos que alberga su Biblioteca Nacional, en el mismo centro de La Valeta, la capital  ciudad amurallada en el puerto grande cuya fortaleza es proa anclada que vigila el Mediterráneo.
La Valeta. Reloj analemático.@cac.
           En esa Biblioteca se guardan, entre otros muchos documentos, los originales firmados por los Grandes Maestros de la Orden referidos a las Encomiendas de Orrios y Alfambra cuando eran nombrados los Comendadores correspondientes. No sé si algún día volveré a esa Biblioteca.
           De momento traigo aquí un docuemnto que me encontré mientras caminaba las enlosadas pétreas calles de La Valeta. Justo enfrente de la Biblioteca Nacional, un edificio de los menos valiosos por su arquitectura mantiene en su fachada un reloj analemático que me recordó el construído en la ermita de Santa Ana, en Alfambra. El de La Valeta instalado sobre una fachada, sobre un rectángulo, el segundo en los terrenos cercanos al edificio de la ermita, circular.
Ermita de Santa Ana. Alfambra. reloj analemático@cac.
           El tiempo histórico tiene estos caprichos. Estoy seguro que ninguno de los que promovieron la instalación de estos relojes sabían de la futura relación encomendera.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario