martes, 1 de noviembre de 2016

En estos días aciagos





   En estos días aciagos para los españoles y para España, con tanto Tancredo y tanto Plasmao, con tanto naranjito sumiso, con tanta rosamarchita donde no es sí y tiro por mí, con tanta gaviota alimentada fiel a su especie, he encontrado algún remanso con la lectura de este libro del juez Baltasar Garzón que siempre ha estado “En el punto de mira”.

    Éste es un libro valiente, sincero, arriesgado, bien redactado, con abundosos datos precisos siempre sometidos al rigor de las leyes españolas y universales.

         En sus 1029 apretadas páginas encontramos referencias ajustadas a Derecho acerca de denuncias, querellas, sentencias, chivatazos, traiciones, riesgos para las personas, cloacas políticas, fondo de reptiles, terrorismo, asesinatos, desapariciones, justicia universal, expulsiones de la Audiencia, prevaricación, apaños de leyes con nocturnidad y sin debate entre Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español y cientos y cientos de asuntos más, detallados, analizados, expuestos a la lectura.

         Es un libro que me permito recomendar a investigadores, docentes, historiadores, juristas de todos los registros y cuantas personas decentes existen en el mundo.

         Con la lectura de estas páginas comprobarán por qué “la sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo me condenó, el 9 de febrero de 2012, como autor responsable de un delito de prevaricación a la pena de multa de catorce meses y once años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado”, según escribe el propio Garzón en la página 936.

        Lean con calma lo que escribe referido a asuntos tan singulares en los que ha tenido que intervenir como jurista, Juez y ciudadano íntegro referidos, entre otros, a Al Qaeda, Argentina, José María Aznar, Bush, Blair, Berlusconi, Batasuna, Consejo general del poder judicial, Corte penal internacional, Egin, El País, Prisa, Ellacuría y los jesuitas asesinados en El Salvador, E.T.A., G.A.L., Gürtel, Felipe González, Juzgado Central de Instrucción, Rigoberta Menchú, Sogecable, Pinochet, Sahara, Tribunal supremo y muchos, muchos más asuntos.

     Les dejo algunas muestras en forma de fotocopias y saquen ustedes sus propias conclusiones.
 
El Supremo interpretó "salvo por orden de la autoridad judicial Y en los supuestos de terrorismo" de forma acumulativa, como si hubiera dicho el texto "salvo por orden de la autoridad judicial Y ESTA SÓLO en los supuestos de terrorismo".  ¿Fue intencionada la no precisión lingüística por parte del Legislativo? (Nota de Clemente Alonso Crespo)      

      











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