domingo, 18 de abril de 2021

Notas para un estudio de la lengua del franquismo. José María Pemán. Teruel 1938.

                      A la memoria de mi primo Benito, quien tiró siempre con fuerza de todos los carros atascados de su vida.  14 de abril de 2021.

 

José María Pemán y Pemartín.

                  

 

      El eco altisonante, el vacuo léxico, el fónico ceceo y la salivilla deslizante.

Así era la prosa de José María Pemán, pontífice máximo subordinado al caudillismo, correveidele apegado en los desfiles amanerados de las prietas las filas, divino impaciente de falsas causas religiosa, responsable total, por primero, de todos los atroces desmoches del profesorado español, cercenado para siempre por medio de la depuración absoluta a que fue sometido, Séneca huero y vocero máximo del franquismo.

            Todos sus escritos, todos sus discursos, toda su verborrea salpicada de un presumido señoritismo nacido en la hermosa Cádiz no son más que abundosos materiales para un estudio de la manifestación lingüística de un franquismo que se grabó a sangre y fuego en las mentes y gónadas de millones de españoles que, aún hoy, no han asimilado ni ajustado la historia a la actualidad de los tiempos.

            Aquí traigo un ejemplo.

El general Varela y José María Pemán, con capote astracanado, entrando en Teruel. 23 febrero 1938

 

 

            Pemán entrando en Teruel el 23 de febrero de 1938. Firme el ademán cantaban y recias marciales las filas, caminando hasta un Teruel destruido mientras los soldados iban quitando cascotes de las ruinas delante de ellos.

            Esta es su crónica.

                                                   

 

Crónica de la entrada en Teruel escrita por José María Pemán. Se conserva en el Fondo Varela del Archivo municipal de Cádiz.


 

    

 

     

    Anotaciones para su estudio, con una miaja de rasmia, al tantarantán de la prosa con sus altibajos voceriles siempre tan campantes:

            Línea 18.-  “mesa en venta”, “pulso de arrieros”, mano aragonesa versus mano roja.

            A ver cómo se come esto: la mano roja, dice Pemán, sólo es roja. ¿Alguien ha visto alguna mano roja aragonesa o aragonesa roja? Claro, se olvida de la mano “nacional”. Ahí está la dicotomía de la imagen inventada por los voceros del franquismo: nacionales versus rojos. Venga y dale.

            Línea 25.- “posesión roja, enfriada de novicios del éxito”. El alcance del curato debió ser exclusivo de los meapilas pemanistas.

            “paletos e isidros de la victoria”. Lo de paletos lo entiendo. Siempre la gente humilde, la que sacaba las castañas del fuego de la tierra áspera y difícil fueron y aún son calificados como paletos. Lo de Isidros –y con mayúscula- no se me alcanza. Do José María Pemán y Pemartín… me lo explique, aunque sea con acento de Cái, quise decir Cádiz.

            Línea 31.- “Teruel: regodeo sádico de la Bestia en su primer pienso de laurel”.

            Se ha quedado sólo el Séneca gaditano. ¿Ya pensaba él en su ínclito libro de la Bestia y el Ángel?   Cómo ha juntado el sustantivo “regodeo” con el adjetivo “sádico”, comiendo su pienso, aunque sea de laurel. Imagen de la victoria premiada con la medalla laureada, auténtica obsesión de Varela y de Franco.

Teruel en febrero de 1938.

 

            Línea 34.-  “Catedral”, robos y demás. Miente Pemán. Ignora a sabiendas los días de bombardeos, de destrucción, de sufrimientos, de muertes sufridas por las gentes turolenses, los meses de diciembre del treinta y siete y los hechos de enero del treinta y ocho fueron manipulados desde el primer día por los palmeros del franquismo. (De cuando en cuando voy aportando documentos que demuestran tantas y tantas mentiras. ¿Para cuándo un encuentro entre estudiosos para poner en público estos conocimientos? ¿Todavía hay gentes que no se atreven?.

            Línea 43.- “ante los prisioneros”… “porque al fin el jefe se rindió, le llamamos nosotros traidor y cobarde”… vaya si tuvieron interés en llamarle cobarde al coronel Rey D´Harcourt los Varela, Pemán, Alonso Bea, El Tabib Arrumi, Manuel Aznar, Eduardo Fombuena y Gil Sendra entre otros.

Lo pueden ver con detalle en


 https://todoslosnombres.org/content/noticias/clemente-alonso-crespo-albarracin-21-enero-1938-el-origen-infamia-el-general-varela

 

            Detrás de todo la ambición personal de Varela no exenta de naturaleza crematística que ya llevaba dos laureadas y el complejo del llamado Generalísimo Franco, quien se concedió a sí mismo su ambicionada laureada clavada en su pecho por su general Varela en el mismo pedestal, a la manera hitleriana, en mismísimo desfile de las tropas en el paseo de la Castellana madrileña.

   Línea 54.- Vaya parrafada con el Campesino y los rojos. Suspenso a la hora de colocar las comas Don José María. Y luego sigue usted mintiendo sin sentido. Perdóneme usted, quizás sea yo quien no entienda qué quiere decirnos con esa mezcolanza de mercaderes, duración, resistencia y el empuje. ¿Algo así como una unidad de destino en lo universal?

            Línea 62.- Idílico final: “empezaba ya a disminuir la luz…”   Suelo aragonés lo iguala, lo identifica usted don José María con “color de carne desnuda”. A ver, me lo explique que se me ponen los pelos como escarpias. ¿Cómo es el color de la carne desnuda? ¿Como el rojo de las arcillas de los mogotes del Mansueto? ¿Se habrá evaporado el color de las gentes que sufrieron tanto y tanto en aquellos días y aún después “ante el claro y honrado sol aragonés”? ¿O es que se le fundieron los luceros de su decir falangista?

            Línea 68.-  Un final de filibusterismo periodístico. Vaya si dio de sí en los periódicos franquistas hasta que al futuro señor de El Pardo le pusieron toneladas de granito encima, allá en su valle qu ante se llamó de Cuelga-moros, y sus diarios, sus periódicos fueron como aquel que dice encontrar “limpio, claro, honrado aragonés”. Podría usted haber seguido acumulando adjetivos hasta cuando más tarde nos castigaba en aquellos años sesenta del largo tiempo franquista, cuando con su tembleque de mano y voz nos aleccionaba por la boca del Séneca que usted se inventó, por medio de aquella televisión en blanco y negro, auténtica imagen nítida de la España de su tiempo y del que a nosotros nos tocó sufrir.

            Ínclito don José María Pemán y Pemartín.

 

 

José María Pemán.

          





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