miércoles, 29 de abril de 2015

La casa en la incipiente primavera.






El manzano comienza a florecer. @cac.



        Terminé la poda hace unos días. Luego, para la sanjorjada, ya el cerezo dejó de florecer y volvieron renovadas las hojas. Los manzanos han comenzado a abrir sus yemas y los tulipanes han reventado sangrados. La noguera espera temerosa a echar su flor verdosa y amocada. Aún los chopos no sueltan los vilanos y el cucut no se ha presentado alegre con su cresta estrellada.

   La primavera, aquí, siempre es tarda. Siempre hay que temer estos últimos días de abril y los primeros de mayo. Cuando se rozan los cero grados las flores de los manzanos, por muy reinetos que sean, corren el riesgo de la helada. ¡Cuántas veces los ves henchidos de flor en un día de sol espléndido reventando en su belleza, y, a la mañana que sigue, con la aguareda convertida en rosada, los pétalos ya marchitos tras la noche aciaga languidecen muertos! 

  Y aun así los pastores me dicen que hasta el cuarenta de mayo no me quite el sayo.

        Las lluvias pasadas parece que han mantenido más suaves las noches. Cuando regrese a la casa, tras estos días toulousanos junto al Garona, con un fondo hospitalario de quimioterapia, quedará la esperanza machadiana de otro milagro de la primavera que acogerá de nuevo a la familia.

El cerezo ya con hojas y la noguera en esqueleto. @cac.


Los tulipanes abiertos para recibir la soleada. @cac.



miércoles, 1 de abril de 2015

Orrios. La iglesia vieja.




 
Torreón de la vieja iglesia de Orrios.@cac.
   

     Este torreón es el que queda de lo que fue iglesia primitiva de Orrios. En el año 1607 la Encomienda de Alfambra se desgajó y apareció como independiente la de Orrios que, a partir de entonces, los comendadores administraron junto a la de Albentosa. La distancia entre Orrios y Albentosa ronda los cien kilómetros, pero los intereses de la Orden Militar de los Sanjuanistas siempre se gobernó por los que tenían sus monjes guerreros, no exentos de componendas entre las familias que se repartían sus territorios.
   Pero debían rendir cuentas ante la Asamblea establecida en la actual desangelada iglesia zaragozana de San Juan de los Panetes, donde se guardaron los documentos de la Orden hasta que pasaron al Archivo histórico nacional… aunque en el camino se perdieran tantos y tantos documentos.
  Uno de estos documentos conservado traigo hoy referido a Orrios. Los Comisarios nombrados para investigar si ha habido mejoras en la Encomienda rechazan el estado en que se encuentra esta. Son sus nombres Pedro Martínez de Marcilla y Urbano Ximénez de Aragüés.
Indican que el tejado está en mal estado, se mantiene un montón de tierra junto a la torre, no se hizo una ventana, no se puso la campana, falta levantar una hilada de cal y canto, faltan tablas en la cubierta y aljez.
Fue en 1709 cuando se puso la primera piedra de la actual.
De la antigua se conserva ese torreón junto al que se levantaron algunas viviendas. Ese torreón y el cementario antiguo, hoy convertido en huerto abandonado, se mantienen en un limbo de la propiedad actual. No consta que pasaran a manos de nadie como consecuencia de la Desamortización de Madoz, pero tampoco la Iglesia los ha mantenido. ¿Habrá sido capaz la administración eclesiástica actual de resgistrarlos a su nombre en estos últimos años en que tantas propiedades se ha autoadjudicado? ¿O es que no quiere saber nada de las propiedades que amenazan ruina? ¿Por qué no se ha hecho exposición pública de los bienes que la Iglesia, convertida en Notario de sí misma, iba a registrar a su nombre?
   La uralita del tejado y esos hierros que se ven en la imagen que hacen de abrazadera de los muros corrieron a cargo del Ayuntamiento cuando hace cuatro o cinco años amenazaban una tarde las cabezas de algunos que se cobijaban a su sombra.

 Ahí  dejo los documentos conservados en el Archivo histórico nacional.



1624
Orrios
A.H.N. Legajo 8292.1
                                            Iglesia en mal estado

  Mejoras de frai don Luis Coscon

 Orrios. Albentosa.
Transcripción de Clemente Alonso Crespo

Instrumento público de Relacion hecho a instancia y requisicion del Illustre Sr. Fary don Pedro Martinez de Marcilla caballero de la religión de San Juan y Comendador de Encinacorba.

In Dei Nomine Amen sea a todos manifiesto que en el Año contado del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo de mil seiscientos veinte y quatro dia es a saber que se contadba a veinte días del mes de Abril en la violla de Orrios de la orden y Religion del señor San Juan del Hospital de Hiererusalem  de los Reynos de Aragon ante la presencia de mi Miguel Castellot notario assi como publica persona presentes los testigos infrascriptos pareció el señor fray don Pedro Martinez de Marcilla caballero de dicha Religion y Comendador de Encinacorba el qual dixo que en uno de los días del mes de junio del Año contado del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo de mil seiscientos diez y seis siquiere en otro mas verdadero dia mes y Año ¿en notable? Assi como comisario  … dicho nombrado y diputado por el Illustre capitulo provincial que se celebro en la Ciudad de Çaragoça en seis días del mes de Mayo del dicho ño mil seiscientos y seis en compañía del Illsutre Señor fray don Urbano Ximenez de Aragues Caballero conventual de dicha religión para ver y Reconocer en la dicha villa de Orrios y lugar de Albentosa las mejoras que el Illustre Señor fray Juan Lais Coscon Comendador que entonces hera de dicha villa de Orrios y Albentosa hauia hecho y mejorado en la dicha su encomienda como mas largamente consta de la dicha su comisión por loos actos siguiera proceso de dichos mejoramientos del dicho señor fray Joan Luis Coscon y que viendo y reconociendo en la dicha villa de Orrios la iglesia de aquella y allando en ella muchas imperfecciones y que tenia necesidad de remedio se le hizo mandamiento al dicho Señor fary Joan Luis Coscon comendador de dicha villa de Orrios y Albentossa por el dicho fray don Pedro Martinez de Marcilla y fray don Urbano Ximenez de Aragues comissarios sobre dichos de dichas mejoras y para mayor cumplimiento de aquellas A saber es que dicho Señor fray Joan Luis Coscon comendador sobre dicho hiziera subir la torre nueva que hauia principiado a hazer en la iglesia de dicha villa de Orrios dos hilos mas de alto de lo que entonces estaba que serán dos hilos mas de alto del caballon mas alto y tejado de dicha iglesia de cal y canto como estaba lo demás y sobre dichos dos hilos hubiesse pilares de aljez en buena proporción de altaria dejando ventanajes en la torre y en el se sentasen las campanas y que dicha torre se cabriesse con madera y materiales para que estasse decentemente y prouechossamente y que se adecentasen las ventanas y tejado de de dicha iglesia y que una tierra que estaba arrimada a la dicha yglessia para que por ella no se pudiera subir al tejado de aquella se quitara porque estando la dicha tierra allí cahe muy bajo el dicho tejado como de todo lo sobredicho consta por el acto de dicho mandamiento y aceptación de dichos reparos y obras inserto en el proceso de dichos mejoramientos del dicho Señor fray Joan Luis Coscon y que ¿attento? Lo sobre dicho el dicho y presente dia de oy ….. visitando la dicha iglesia de dicha villa de Orrios en compañía y presencia del Illustre Señor fray Miguel Herrero caballero de dicha Religion y Comendador de Calabera y Balonga assi como comissarios electos nombrados y diputados que son por el dicho capitulo provincial para visitar reconocer las mejoras del Illustre fray don Jayme Perez de Nuenos Comendador que de presente es de dicha villa de Orrios y Albentosa han visto que el ducho Señor fary Joan Luis Coscon no ha satisfecho ni cumplido con lo que le fue mandado y por su merced cumplido que hubiesse en la torre de dicha villa de Orrios por quanto aquella no se ha subido como se deuia de subir porque en aquellas no se ha subido mas que hasta hilo y medio de pared y hauian de ser dos hilos conforme el dicho mandamiento dice y en ella se ha dejado el ventanaje que se deuia de dejar ni puestas las campanas decentemente por quanto esta mal cubierto con unas malas tablas y a solas sin otros materiales y assi mismo la tierra que se mando se quitasse de junto a la iglesia no se quito porque … esta en el mismo puesto y la ventana que se mando se hiziesse para dicha yglessia no se hizo ni de presente esta hecha todo lo qual a dicho Señor fray don Pedro Martinez de Marcilla Comendador y Comissario sobre dicho requirió por mi dicho infrascripto notario y testiguos abajo nombrados fuesse visto y reconocido para que de ello yo dicho notario hiziesse relación y certificación en el presente acto publico lo qual vimos y reconocimos ocularmente estase por hazer de la forma y manera que de parte de arriba esta dicho y declarado y yo dicho infrascripto notario hago tal fee y verdadera relación como la torre de dicha yglessia de dicha villa de Orrios no esta mas de hilo y medio mas alto del caballon mas alto del tejado de dicha iglesia y que la torre esta sin ventanajes y mal cubierta con mala madera y sin otros materiales por lo qual las campanas de ella no están decentemente y que la tierra que se dice en el mandamiento se quitase de junto a la yglessia esta en el mismo puesto y la ventana del tejado de dicha yglessia se esta por hazer de las quales cosas y cada una de ellas a requisicion del dicho Señor fray don Pedro Martinez de Marcilla y a exhonoracion de mi officio y conservación del derecho de quien es o sea …..    en el tiempo venidero hize y testifique acto publico uno y muchos y tantos quantos convengan y sean necesarios y oportunos ffecho fue aquesto los dichos día mes año y lugar al principio calendados siendo a todo lo dicho presentes los testigos El Reverendo mossen Francisco Gil vicario de dicha villa de Orrios y Joan Castellon criado de los dichos señores comissarios habitante en la ciudad de Çaragoça y allado de presente en dicha villa de Orrios

Sigo de mi Miguel Castellot Vezino de la villa de Alhambra por autoridad Real por todas las tierras Reynos y señoríos nuestro Señor publico notario.










domingo, 22 de marzo de 2015

Hasta siempre, Alejandro.


Alejandro Sáez Fernández.-






        Tuvieron que pasar treinta y ocho años para que nos encontráremos de nuevo.
        Nos habíamos conocido en 1971, recién terminados mis estudios universitarios.
        Alejandro era entonces religioso salesiano. Le habían encomendado poner en marcha el primer COU de aquella Ley llamada Villar Palasí. Fui uno de los profesores contratados de aquel primer COU en el inolvidable curso 1971-72, comenzado en el Colegio situado al final de la calle de Sagunto, en Valencia.
        Estuvimos juntos durante cuatro cursos escolares. Hasta entonces, durante el largo franquismo, la enseñanza se mantenía separada. “Los chicos con los chicos y las chicas con las chicas”. Aquel cursó inauguró la mezcolanza que llamaban mixta. Era enriquecedor observar cómo adolescentes de ambos sexos compartían pupitres, pasillos, ideas, discrepancias, libros, amistades.
    Siempre, a todas horas, Alejandro estaba rodeado de unos y otros entre clase y clase. Él ejercía de tutor de todos e impartía su materia de Física. No paraba. Nunca le vi echar una bronca a nadie, siempre estaba escuchando a unos y a otros y su despacho nunca se cerró. Cuando él se marchaba a impartir su clase sus papeles quedaban a disposición de quien quisiera. Se ayudaba en sus explicaciones de un proyector de cuerpos opacos cuando ya su mano no alcanzaba más arriba en la pizarra. Su cuerpo había quedado partido en dos desde el accidente que lo sentó para siempre en su silla de ruedas. “Airon”, Ironside, como le moteaban los alumnos, era muy respetado y muy querido por todos ellos y ellas. Alejandro organizaba veladas de teatro que él mismo dirigía, traía a cantantes como Jorge Cafrune, conversaciones con Salvador Távora que nos conmovía a todos con su grupo “La Cuadra de Sevilla”, organizaba veladas musicales de convivencia los sábados en el gimnasio del colegio, después de unas maratonianas sesiones de evaluación en donde todos y cada uno de los alumnos recibían el trato que necesitaban. Curas obreros, filósofos de la Universidad de Lovaina, y hasta el primer objetor al servicio militar obligatorio, entre otros,  pasaron por aquel centro gracias a la labor de Alejandro.
        Aquel lugar de trabajo fue un aprendizaje continuo en lo pedagógico y en lo personal. Jamás nos dio Alejandro una pauta en nuestra actuación en clase. Siempre nos sentimos libres en nuestras explicaciones y enfoques de la materia. Y hasta a algunos nos apoyó cuando los textos seleccionados para estudiar escandalizaban a ciertos profesores anclados en el tufo del nacionalcatolicismo de entonces. Fue mi maestro sin saberlo.
    Allí estuve hasta finalizar el curso 1975-76. Aquel verano, el del setenta y seis, hicimos un viaje juntos un viaje inolvidable que nos llevó hasta Londres. Imagino que se le ocurrió a él, como tantas cosas se le ocurrían. Mi mujer estaba embarazada de siete meses y decidimos que ella hiciera el viaje en avión. Él y yo, junto a una alumna de aquel año, nos metimos en mi coche y recorrimos hasta la frontera por La Junquera, tomamos el valle del Ródano y, por Lyon y París, llegamos a Calais donde embarcamos hasta Dover y de allí a Londres.
  Alejandro ocupaba el asiento de atrás. Se acercaba con su silla hasta la puerta, se agarraba con sus fuertes manos y brazos, daba un empujón y se quedaba sentado. Yo guardaba su carro de ruedas detrás y recorríamos los kilómetros. No puedo recordar dónde dormíamos en nuestro camino. Sí nuestras paradas en las áreas de servicio, nuestras comidas ligeras en las mismas y nuestros aseos en sus servicios.
   Recuerdo cómo crujía el viejo transbordador que nos llevó hasta Dover en un día de mar brava. Cómo subiríamos por aquellas escaleras empinadas de madera hasta la cubierta no lo sé. Pero las subimos y las bajamos y nunca nos caímos. Desde Dover llegamos, sin hacer ninguna pregunta a nadie, hasta Londres. Sólo guiados por un viejo plano que manejaba Alejandro entre la guía de carreteras. Conduciendo por la izquierda Alejandro me guió por los caminos ingleses hasta Londres. Recorrimos toda la ciudad indicados por él. Cuando le pregunté si nos faltaba mucho para llegar a la casa que ocupaba nuestro acogedor, cruzada ya toda la ciudad, en el barrio de Hasmtead, me dijo, “apaga el motor que ya estamos en la puerta”.
   Allí estuvimos quince días. Fuimos al teatro, a locales imposibles sumergidos en sótanos donde escuchamos el jazz que tanto le gustaba, nos acercamos a Oxford y Cambridge, comimos los chicken and chips londinenses, nos reímos con los locos de Hyde Park, espantamos los cuervos alicortos de los Beefeater, caminamos por Picadilly, subimos y bajamos al metro londinense y hasta asistimos a las acaloradas discusiones de anarquistas y comunistas españoles en los momentos vibrantes tras la muerte de nuestro dictador.
        Regresamos un tanto silenciosos y nos detuvimos en Zaragoza por visitar a una alumna nuestra que el curso anterior había tenido un accidente y estaba en coma en el hospital. La atendía en la UVI un médico amigo y nos dejó estar un rato a su lado junto a aquella muerte en vida. Fue la única vez en que vi que a Alejandro se le caía una lágrima.
   Dejé a Alejandro en la puerta del Colegio y ya no le volví a ver hasta el pasado 22 de noviembre de 2014. Una oposición me llevó por tierras lejanas a Valencia. Tuvieron que pasar esos treinta y ocho años para que por una casual fortuna nos volviéramos a encontrar. Aquellos alumnos del primer COU, un par de años antes, decidieron celebrar su cuarenta aniversario y acordaron seguir haciéndolo. Esta era la tercera vez y la casualidad se alió con los medios de comunicación. Yo había encontrado las fichas con mis anotaciones personales de aquellos alumnos y pude conectar con algunos de ellos. Me invitaron ese pasado 22 de noviembre y acudí. Allí fui cuando me volví a encontrar con Alejandro.
   Nuestro abrazo fue hondo, emotivo y silencioso. Estuvimos hablando varias horas. Supe de su peripecia personal después de nuestro viaje, de su comenzar de nuevo como profesor por tierras de Tortosa, de Sagunto, de Valencia, de sus dos hijas, de sus viajes de un lado para otro con su caravana y su bicicleta. El tiempo había pasado para los dos. El cuerpo de Alejandro ya estaba mucho más roto de lo que siempre estuvo. El accidente con la bicicleta, el parkinson, el cáncer de próstata lo estaban doblegando. El 24 de noviembre lo operaron por segundad vez. Desde la cama en el hospital hacía esfuerzos por que escucháramos su voz ya quebrada. Nos comunicábamos por correo. En las Navidades le visité en su casa. Tenía momentos en que se notaba que sufría aunque él jamás en su vida lo manifestó y mucho menos lo verbalizó. El siete de marzo pasado estuve con él en su casa. Acudió también una alumna de aquel primer COU, Amparo Aloy Martínez, recién jubilada como profesora. Era un día de esos dulces que suceden en Valencia con frecuencia. Caminamos hacia un restaurante cercano al domicilio de Alejandro entre viejos algarrobos y almendros en plena floración. Nos detuvimos en un altozano desde donde teníamos ante nosotros la llanada hasta Liria y la sierra Calderona. Ya Alejandro no podía con la palabra atenazada en su garganta. Muy débilmente en un momento dijo “qué buen día”. No pudo probar bocado ni beber un sorbo de agua. Cuando ya se ponía el sol volvimos a su casa. Tenía frío, lo pusimos en su cama, lo tapamos. Su mano ya no tenía fuerza en la despedida. Le di un beso y me fui.
   Ya sólo me dio tiempo a acudir al mediodía del  19 de marzo a decirle adiós para siempre mientras Rafa Cuesta, otro profesor y amigo de entonces hablaba, con versos de Machado, del hilo que se había roto entre los dos. Cuando Valencia ardía en sus fallas y la luna eclipsaba al sol sus hijas miraban las volutas de su vida convertidas en polvo de estrellas.

     Fue entonces cuando se rompió el hilo, pero no el vínculo, con aquel hombre bueno que fue Alejandro. Fue como una muerte dulce en la ceremonia del adiós. 

martes, 10 de marzo de 2015

Esperanza Aguirre, pirómana catilinaria, aviva el caloret.


Aquí estoy  ¿qué pasa?



             Esperanza Aguirre  que te boten, que te boten ya.
Sí, con B, con una beeeeeeeeeee   bien grande. Que ya está bien.

  ¿Pero no nos había dicho que estaba malita, que se retiraba, que para ella la política era algo pasajero? 
    Debió ser porque pasó por ser ministra, presidenta del Senado, Presidenta de la Comunidad de Madrid, presidenta del Pepé, defenestradora de tantos de sus súbditos aduladores corruptos y largos etcéteras en sus fincas propias y maritales, amañadora de elecciones hasta con sus peores enemigos.  Pero quiere la alcaldía de su Madrizzzz... que la Botella está acabada.
   Ay, Esperancita Aguirre Gil de Biedma, condesa de Bornos y Grande España,
"has volvido" y nos has devuelto (¿o será vomitado?) otra vez.
    Yo también regreso con lo que escribí hace tiempo en este mismo lugar. 
Con lo que nos espera de aquí a los idus maléficos de mayo podrá ser aumentado, aunque bien poco se le importa.


¡Ay, Esperancita! ¡Qué Aguirre y qué aguerrida tu boquita!



¿Hasta cuándo, Esperancita Catilinaria, abusarás de nuestra paciencia?
          En este país crapuloso de chorizos y mangantes, de arribistas y arrivistas, usted se cree la diosa Cibeles.
          Usted es la encarnación de la parodia de la empanadilla. Aquellos Martes y Trece deberían haber llamado por teléfono para encargarle la empanadilla a la empanada Esperanza Aguirre y no a Encarna Denoche, con la que usted tan buena pareja hubiera formado aunando la malasombra del trece y martes en plan chamberilera.
          Usted dice, contradice, hace, deshace, se desdice, niega, contraniega, afirma, fumetea, ningunea, torea y otros más nea a los ciudadanos como lo hace con su ganadería de vacas y toros en sus amplias dehesas propias donde no le faltan los aljibes, los barrancos tumultuosos y los ríos encañados que alimentan su poder egótico instalado en medios de comunicación que no paran de darle al bombo salpicado de platillos y castañuelas. Madriz, Madriz, Madriz…
          A usted igual le da que en los hospitales madrileños se trate a los pacientes como se merecen, usted sospecha que un médico mata y sanseacabó.
          A usted le da igual la situación de las aulas en las escuelas públicas, protege a los uniformados colegios de los pudientes, crea un grupetto de encumbrados adolescentes con buen expediente, se olvida de los niños que no tienen a su alcance más que una escuela pública a la que usted degrada porque, dice, sus profesores son unos vagos, y sanseacabó.
          A usted le da igual a quién trató de poner o puso al frente de Cajamadrid o Bankia con su mangoneo pizpireto. Usted dice que fue un matrimonio a punta de pistola, pero bien que se cuidó de tragar su parte de la tarta nupcial, que para eso tuvieron mucho interés los de su partido y los de los otros en dominar con su gente la aplicación de la Ley de Cajas que, aún así y todo, fueron modificando según sus intereses.
          Con aquellos polvos de amantes crapulosos fueron pariendo estos hijos embarrados hasta dejarnos a todos en este lodazal putrefacto.
          Usted es un sanseacabó continuado por el voto cautivo y cautivado con su mirada de lince enriscado en la sierra madrileña, encima de las dehesas por donde pastas sus vacas y sus toros.
          Usted enciende muchas mechas aunque luego ejerza de apagafuegos. Usted acaba de encender una mecha conectada a una bomba que le va a explotar.
          ¿Cómo se le ha ocurrido decir que la final futbolística entre vascos y catalanes, o entre catalanes y vascos, debería suspenderse y que se celebrara a puerta cerrada en otro lugar? Ya sé que es usted un lince, u otro tipo de animal montaraz de gustos nocturnos, en eso de desviar la atención cuando llegan los nubarrones que ocultan las cuentas deudoras de ese Madrid, o Madriz, del que usted, o ustez, es Presidenta electa.
          Mire usted que todos los aficionados llevarán una copa en la mano en esa final copera próxima, aunque no hayan bebido ni una copa.
          Mire usted que en ese rompeolas de todas las Españas que ya no es Madrid, vascos y catalanes o catalanes y vascos, van a gritar lo que les dé la gana, cantarán lo que les apetezca, en castellano, en catalán o en vasco. Seguro que en cualquier lengua le van a mentar a usted la madre, sean monárquicos o republicanos, separatistas o integristas, flacos o gordos, altos o chiquiticos, calvos o peludos, tranquilos o exaltados. Todos gritarán y cantarán lo que les dé la principesca o real gana o la majeza madrileña.
          Mire usted que abortarán en las gradas lo que les salga de sus propias gónadas porque usted se lo ha puesto “a huebo”, como ya se decía en el Poema de Mio Cid.
          Guárdese usted la Tizona, Esperancita Catilinaria, pirómana, ninot de falla valenciana, simplemente mediocre.
   
Como un ninot de falla.
  El caloret, el caloret, el caloret……….   Más caloret.




................................................................................................................





      A Esperancita le gritan: Esperanza muérete.  
 Ella espeta de los arquitectos: Deberían matarlos a todos.
Ella recurre a la Fiscalía y los arquitectos que se jodan.

   ¿Qué arquitectos proyectarán Eurovegas? ¿Los muertos? ¿Los que deberían ser masacrados?
   Dice que en dos o tres años habrá allí doscientos mil puestos de trabajo. ¿De dónde saldrá el dinero para semejantes hijos de la gran patria viciosa, corrupta, corruptora y evasora de sindicatos sobrantes, según el multimillonario negociante de tanto bien cultural y derechos sociales envainados en las mesas de las ruletas?
    ¡Y una mierda!

  Esperancita, trilera, tocomochera, madre e hija de la gran ruleta madrileña, recalificadora de terrenos, especuladora, tramposa, condesa y bizcondesa de sonrisa ojomeneada, zancadilleadora con tacones y calcetinitos punteados, huidora en inauguraciones abroncadas, apedreadora de las que esconden el brazo, muñidora de golfos blanqueadores de dinero, apadrinadora de mafiosos en torno a timbas en los mares del Manzanares saturadas de prostíbulos en la estepa del Sur, Este y Oeste de Madrid -el Norte es suyo-, gran diosa encumbrada en el carro de la Cibeles, dueña, señora, pizpireta, florerito en el engaño trilero, marquesa del tango y del chotís en la bohemia valleinclanesca de hoy.
  ¡Otra mierda!

   Escuela, educación, esfuerzo, derechos sociales, hospitales, bibliotecas, trabajo que produzca bienes a largo plazo, respeto a los trabajadores, a los que reclaman un puesto de trabajo, uno, tan sólo uno para poder sacar adelante a sus hijos, a su familia...   A todos esos.... que se jodan... que vayan a los casinos, que construyan los edificios proyectados por los arquitectos a quienes había que fusilar, y luego que se gasten ese dinero ganado poniendo ladrillos, que se lo jueguen todo en las ruletas promovidas por esta gran trilera, granviera madrileña crecida a la sombra el oso, del mierdroño y del encinar de Guadarrama donde comen sus proìedades los cerdos, vacas y toros de la gran fiesta cornúpeta nacional de nuevo televisera.
   ¡Otra gran mierda!

  Lavado de dinero negro en la industria ruletera, trilera y tocomomochera, sí.   Creación de industria tranformadora de productos primarios elaborados con esforzada mano de obra, no.

   Seguimos sin aprender. Los tiempos pasados, el conocimiento de nuestra historia, no nos sirven de nada. Quiebros y lamentos los sábados y algún palomino de añadidura los domingos. Dame pan y dime tonto.
España sigue siendo una deformación grotesca de la realidad europea.
 Me quito el cráneo. Yo me inhibo.

  Que te den, que te den españolito del trileo tramposo, mafioso, amamantado en la vega desértica del Manzanares.

   ¡Más mierda!








      A Esperancita le gritan: Esperanza muérete.  
 Ella espeta de los arquitectos: Deberían matarlos a todos.
Ella recurre a la Fiscalía y los arquitectos que se jodan.

   ¿Qué arquitectos proyectarán Eurovegas? ¿Los muertos? ¿Los que deberían ser masacrados?
   Dice que en dos o tres años habrá allí doscientos mil puestos de trabajo. ¿De dónde saldrá el dinero para semejantes hijos de la gran patria viciosa, corrupta, corruptora y evasora de sindicatos sobrantes, según el multimillonario negociante de tanto bien cultural y derechos sociales envainados en las mesas de las ruletas?
    ¡Y una mierda!

  Esperancita, trilera, tocomochera, madre e hija de la gran ruleta madrileña, recalificadora de terrenos, especuladora, tramposa, condesa y bizcondesa de sonrisa ojomeneada, zancadilleadora con tacones y calcetinitos punteados, huidora en inauguraciones abroncadas, apedreadora de las que esconden el brazo, muñidora de golfos blanqueadores de dinero, apadrinadora de mafiosos en torno a timbas en los mares del Manzanares saturadas de prostíbulos en la estepa del Sur, Este y Oeste de Madrid -el Norte es suyo-, gran diosa encumbrada en el carro de la Cibeles, dueña, señora, pizpireta, florerito en el engaño trilero, marquesa del tango y del chotís en la bohemia valleinclanesca de hoy.
  ¡Otra mierda!

   Escuela, educación, esfuerzo, derechos sociales, hospitales, bibliotecas, trabajo que produzca bienes a largo plazo, respeto a los trabajadores, a los que reclaman un puesto de trabajo, uno, tan sólo uno para poder sacar adelante a sus hijos, a su familia...   A todos esos.... que se jodan... que vayan a los casinos, que construyan los edificios proyectados por los arquitectos a quienes había que fusilar, y luego que se gasten ese dinero ganado poniendo ladrillos, que se lo jueguen todo en las ruletas promovidas por esta gran trilera, granviera madrileña crecida a la sombra el oso, del mierdroño y del encinar de Guadarrama donde comen sus proìedades los cerdos, vacas y toros de la gran fiesta cornúpeta nacional de nuevo televisera.
   ¡Otra gran mierda!

  Lavado de dinero negro en la industria ruletera, trilera y tocomomochera, sí.   Creación de industria tranformadora de productos primarios elaborados con esforzada mano de obra, no.

   Seguimos sin aprender. Los tiempos pasados, el conocimiento de nuestra historia, no nos sirven de nada. Quiebros y lamentos los sábados y algún palomino de añadidura los domingos. Dame pan y dime tonto.
España sigue siendo una deformación grotesca de la realidad europea.
 Me quito el cráneo. Yo me inhibo.

  Que te den, que te den españolito del trileo tramposo, mafioso, amamantado en la vega desértica del Manzanares.

   ¡Más mierda!

  


lunes, 2 de marzo de 2015

Orrios. Año 1.876. El pueblo compra su propio horno.



Panes recién sacados del horno.


                
         En Orrios se coció pan en el horno comunal  hasta bien entrada la segunda mitad del siglo pasado, en torno a 1970.
         En mi familia, como en todas las demás del lugar, era un rito en la necesidad diaria del animento primario. La tarde anterior a la masada la abuela recogía el perol de la levadura que, o bien se guardaba en la artesa de la alcoba masadera, o se solicitaba de la vecina que había ido al horno la última vez. Siempre se pasaban las unas a las otras mujeres aquel perol sopero que guardaba las esencias de la masa y la facultad del fermento harinero.
     Con aquella levadura se iba formando poco a poco la masa a la que se iba añadiendo harina con el agua precisa y sufiente y, a golpe de brazo, iba tomando forma. A mitad de la noche se oían los golpes de la abuela dándole y dándole a la masa, y, cuando ya las fuerzas le fallaron, eran mis tíos más jóvenes quienes batían y batían. 
   En la madrugada reposaba la masa depositada en la artesa entre mandiles que ayudaban con su protección y daban calor a aquel fermento. Luego, ya bien de día, la llevábamos al horno. En tiempo de escuela me agarraba a los varas del carretillo y acompañaba a la abuela hasta el horno. Luego bajaba la cuesta hacia la escuela. Cuando el verano, en ocasiones, me quedaba con ella en el horno y disfrutaba viendo con qué hablidad las mujeres volcaban su masada, la troceaban y daban forma con sus manos, marcaban cada hogaza con su señal personal, la depositaban sobre la pala y el hornero la introducía en la bocana por donde se veía el fuego. Al poco ya salían los panes cocidos. Dejábamos un pan al hornero como poya obligada de pago y ya teníamos pan para quince o veinte días. 
    Pronto se endurecía y las meriendas se convertían en una rebanada cortada, reblandecida con una chorritada de vino y una capa de azúcar que hacía nuestras delicias infantiles.

    El horno había sido, junto al molino, la propiedad esencial de los comendadores de la villa. Era obligatorio para todos los vasallos del lugar ir a moler y a cocer allí. Y bien claro que lo señalaban en los documentos conservados que avalan sus tomas de posesión y sus propiedades.
    Con la desamortización de Madoz muchos bienes pasaron a manos particulares, quienes se enriquecieron con su uso o su venta. Además de las propiedades agrícolas los llamados "propios" de la villa también se pusieron en venta. El horno de Orrios lo compró una familia de comerciantes de Teruel, los Garzarán, y lo vendió un año después, en 1876, al pueblo. Fueron los habitadores del pueblo, uno a uno, quienes tuvieron que comprar el propio horno. 
    Hoy traigo aquí sus nombres y el precio que tuvieron que abonar: tres mil reales de vellón.

Artesa para amasar el pan.








El original en el Archivo Municipal de Orrios (A.M.O.)

martes, 24 de febrero de 2015

Alejandro Sáez



                                          Hoy he descubierto lo que mi amigo Alejandro Sáez escribió en su página facebook el 31 de diciembre de 2012.

                          Me limito a hacer lo que pidió: copiar y pegar.
         
        




                            

Somos muchos los que estamos pasando por momentos difíciles. Es bueno saber que hay personas que se preocupan por uno. Para todos mis amigos y amigas que están pasando por algunos problemas en este momento, vamos a empezar una avalancha de buena intención. Todos tenemos propósitos positivos en estos momentos. Si no veo tu nombre, lo entenderé. Quiero pedir a mis amigos, allí donde esté, que lo copie amablemente, pegar y compartir este estado durante una hora para dar un momento de apoyo a todos aquellos que tienen problemas familiares, de salud, laborales, preocupaciones de cualquier clase ... y sólo hay que saber que a alguien le preocupa. Hazlo por todos nosotros, nadie es inmune. Espero ver esto en las portadas de todos mis amigos, sólo por el apoyo moral. Sé que algunos lo harán! Lo he hecho por un amigo y tú también puedes hacerlo ". Tienes que copiar y pegar, no vale compartir