jueves, 28 de abril de 2011

Juan Rulfo, aquí están Pozuelo y Batiosa.

@cac.
         Ahí está Zaumao y Manchego y el hijo de Chirchala y la que no llegó a ser su mujer, y el de la Batiosa que se colgó en el Pozuelo después de coser a su dueño entre oreja y oreja con la aguja de hacer media. Ni una sola cruz que los marque. Dos metros escasos de largo y otros tantos de ancho, ni siquiera blanqueadas las piedras, puestas a ramplón en la parte baja del cementerio, la que da al cerrado de Molinero. El saúco lo ha invadido todo. La puerta armada con madera de chopo, desvencijada y carcomida , no marca la diferencia entre el lugar de los muertos y el que Rulfo y yo pisamos. Juan el Novato plantó un rosal un metro más arriba de lo que fue puerta después de la muerte de su hermano. Ya lleva dos años dando flores. Juan el Novato al comienzo del verano, cuando suelta las ovejas, pasa por allí y corta las rosas para ponerlas en la tumba de su hermano. Juan el Novato se acuerda mucho de su hermano porque sabe de su vida, de su vuelta a El Alcamín aunque sólo fuera muerto. Juan el Novato habla en ocasiones con su sobrino, cuando a aquél le da el barrunto de tanto a veces y se llega con él por andar un día entero por el monte, con el morral y las ovejas. Hablan con largos silencios, como el abuelo Repoyo, como tú Juan Rulfo.
            El abuelo Repoyo guardaba los silencios de Batiosa. Él lo descolgó de la viga. Los encontró a los dos allí por el engatuso de la perra que aún sentía el olor de la sangre, negra ya, hinchados los cuerpos ya, cerosos ya, tiesos ya. Uno en la cocina y el otro en la cuadra. Le llamó a extraño ver a los machos sueltos por el prado, junto a la balsa. Todo el día sueltos y sin nadie labrando en las solanas. Tres o cuatro días los vio cuando se asomaba con el hatajo por los puntales del Monte Bajo. Así es que se decidió a llegarse hasta la paridera y el caseto que servía de vivienda al pozolero. El puerco hozada contra la puerta deshaciéndose el morro con los pedernales del viejo trillo convertido en tarranclera. Gruñía con fuerza cuando llegó el Repoyo. Llamó a Pozolero y sólo se oyó a sí mismo mientras seguían los fruñidos del puerco. Luego ya se asustó cuando vio en el corral al Lanas despanzurrado. El perro de Pozolero estaba despatarrado sobre un montón de boñigos, al lado de la tapia del corral. Con un solo estacazo acabaron con él. Estaba junto a una de las samugas de la silla del acarreo de la mies. Le sacudió fuerte en la cabeza y cayó redondo. Allí se quedó. Por eso no ladró cuando  entró Batiosa en la cocina.
            El camino entre la masada de Batiosa y Pozuelo se anda en una hora. Pozuelo es más rico. Sus tierras mirar al sur, buscan el sol del mediodía en una hondonada que se estira hasta los edificios, con la corraliza, la cuadra, el pajar, la era y el caseto de la vivienda. Para llegar a Batiosa había que recorrer toda la finca del pozolero. Un camino justo en el límite del reguero que recogía las aguas llegaba hasta las tierras al otro lado del Monte Lindero. Desde allí se veía el achaparrado edificio, mirando al norte, igual que las tierras. Sólo recibía el sol tardano. Tierras más pobres, con un manantial escaso de agua, aunque las nevadas fueran más fuertes que en la parte baja. Pero las escorrentías llevaban el agua de las nieves de Batiosa hasta la balsa de Pozuelo. Frío y nieve arriba y el agua luego para abajo, y mejores cosechas y más tierra que cultivar, que hasta sembraban remolachas. Y Batiosa dale que dale, y que Pozuelo no me dejas meter las ovejas en los rastrojos. Y siempre enfrentados. A cada cual más raro. Batios soltero y Pozuelo viudo desde hacía poco. Tenía intención de bajarse a vivir a El Alcamín pero quería dejar las tierras labradas. Llevaba mal estar tan sólo.
            El abuelo Repoyo descolgó a Batiosa, el primero que encontró. Lo dejó en el suelo, sobre la misma paja empapada de orines de los machos. La soga estaba echada sobre una viga, atado el cabo a la comedera de las ovejas. Lo calculó bien antes de colgarse. Se puso la horca al cuello después de subirse sobre el barandao de la comedera. No tuvo más que dejarse caer. El abuelo Repoyo dejó correr la soga después de deshacer el nudo. Lento. Primero los pies, luego el cuerpo yerto. Ya la perra Mostaza no ladraba. Se quedó parada en la puerta. Con sus aullidos lastimeros, los mismos que daba cuando se desgraciaba una oveja y se quedaba tiesa en el camino.
@cac.
            Pozolero apareció acurrucado en medio de la cocina oscura, presidida por la chimenea con el resto de ceniza de las carrascas consumidas. La sangre no era más que una mancha negra que armaba una costra dura con las púas de la barba erizada de varios días. Tardó un rato el abuelo en quitarse de la cabeza el asomo de la aguja de hacer media. De oreja a oreja se la había clavado Batiosa.
             Echó barranco abajo subido en la burra hatera y se llegó al trote hasta Larroya por avisar a la guardia civil. Volvió al otro día, de amanecida, con otras gentes. Tardano llegó el Juez montado sobre un caballo bayo. Venía de Cantavieja por no se sabe qué altercado con los últimos del maquis. Cuando entraron en El Alcamín, con los cuerpos atados sobre los mulos, ya era de noche cerrada.
            Tres muertos. Dos hombres y el perro Lanas. Los machos se quedaron luego en El Alcamín, para servir al concejo. Las gentes los arreaban con su nombre, Pozuelo y Batiosa. El cura se empeñó en que no los enterraba en tierra cristiana. Nadie dijo ni pío. A unos les daba igual y a otros que lo que dijera el cura. Ahí están, en el cercado invadido por el saúco.
            Llegó el silencio después. El abuelo Repoyo manifestó lo que vio, firmó lo que dijo y nadie lo puso en duda. Después aún se volvió menos hablador. Sólo le oí una vez pronunciar los nombres de Pozuelo y Batiosa, cuando me llevó hasta el cerrado Panizar, por la senda que pasa junto a la tapia del cementerio. Creía que se refería a los machos que servían para los trabajos del concejo. Pero enseguida me habló de los males del tajubo en las matas del panizo.
             Al poco ya también el Repoyo nos dejó para siempre. Le dimos esta tierra y luego supe de la tuya, Juan Rulfo, mientras andabas por Comala en el diles que no me maten.
@cac.

lunes, 18 de abril de 2011

Orrios. Escuela cerrada, pueblo muerto.

Final del formulario
El último que apague la luz. @cac.
        Justo el día que se cumplía el ochenta aniversario de la proclamación de la segunda República leo la noticia que sigue en "Diario de Teruel".
    A buenas horas mangas verdes. Cuando no hay remedio se ofrece vivienda. En otros lugares se pensó en los "talleres de empleo". Allí se fueron las familias con niños que estaban en el pueblo.  Tenemos una escuela sin niños y miles de libros donados para la Biblioteca tirados como escombro porque en este municipio, que es mi pueblo, no es posible, después de tres años, dotarlo de una estantería.
    Pero en las fiestas de verano Orrios es famoso porque se hace el mayor botellón de toda la provinvia de Teruel.
   En el pecado llevamos la penitencia.
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Jueves, 14 Abril 2011

            La escuela unitaria de Orrios cuenta con 3 alumnos que están junto al alcalde y dos profesores
                                   El Ayuntamiento de Orrios está buscando una familia con hijos que evite el cierre de la escuela en el pueblo. El curso escolar se inició con cinco  alumnos, pero en Navidades se marchó una familia inmigrante con dos hijos y dejó la escuela con tres alumnos. El consistorio ofrece a la familia que decida vivir en Orrios una vivienda. El alcalde de Orrios, Daniel Marzo, manifestó que la Corporación Municipal está buscando una familia con al menos dos hijos con la finalidad de mantener la escuela para el curso que viene. El profesor de la escuela unitaria de Orrios explicó que actualmente hay tres alumnos. Uno que cursa primero de Educación Secundaria Obligatoria, otro sexto de Primaria y otro quinto de Primaria. “El curso se inició con cinco alumnos, pero se fueron dos por lo que quedan tres. El caso es que el curso anterior, en la escuela había siete alumnos pero dos de ellos terminaron el primer ciclo de la ESO”. Marzo añadió y lamentó que la familia de inmigrantes se marchara en Navidades, ya que tenía además un tercer hijo que iba a entrar en la escuela el próximo curso, lo que garantizaba la continuidad de la escuela unitaria en el municipio.

            Daniel Marzo señaló que el Ayuntamiento para evitar el cierre de la escuela en Orrios ofertará a la familia con hijos que se instale una vivienda que va a rehabilitar, pero que no podrá ofrecer trabajo porque no tiene capacidad para ello. “Lo máximo que se puede hacer por parte del Ayuntamiento es mirar algún programa con el Instituto Aragonés de Empleo”. El Ayuntamiento de Orrios ya tiene otra vivienda municipal alquilada a otra familia.    

viernes, 8 de abril de 2011

Año 1251. Jaime I permite poblar Camañas con cinco hobres.

      

Signo firma del rey Jaime I
             Vuelvo otra vez sobre el fuero de Alfambra. Ya ofrecí, hace tiempo, los documentos originales y transcritos a la lengua actual que lo atestiguan.
            Traigo ahora una copia del texto otorgado por Jaime I para que los Templarios entonces asentados en Alfambra pueblen, sometidos al Fuero, el lugar de Camañas. El documento original se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón. En este momento hace ya unos veinte años que Jaime I ha conquistado Valencia aunque tiene sus reales lugares en El Puig de Santa María y Puçol. Es aquí donde firma el documento como se observa en la copia que adjunto.
            En estos próximos días, en que algunas gentes subirán hasta los restos del castillo de Alfambra, quizá sea conveniente ofrecer algunos testimonios históricos que hagan conocer mejor ciertos hechos ocurridos en el pasado en los territorios que fueron afectados por el Fuero de Alfambra.
            La fiesta hace años instaurada como “Subida a la Encomienda”, con todo lo positivo que pueda tener para la actual vida de estos lugares, no está reñida con el conocimiento de los sucesos migratorios de nuestros antepasados.
            El cerro de Alfambra, que acoge los restos de lo que fue su castillo, es buen lugar para otear el territorio foral mientras se siente el paisaje de esta tierra y se conoce la vida de quienes hicieron su paisanaje.

Original en Archivo de la Corona de Aragón
                                                               1251.- mayo, 3, PUÇOL

                              

                               Traducción Clemente Alonso Crespo.  (Existe transcripción de Mª Luisa Ledesma, en “Cartas de población del reino de Aragón en los siglos medievales”. Ver: BIVDA, Internet)



                                               Jaime I, permite a la Orden del Temple que pueda poblar con cinco hombres la aldea de Camañas.



                Traducción:


                                               Sea a todos manifiesto por lo que nos Jacobus, Rey de Aragón, Valencia y los valencianos, Conde de Barcelona y de Urgells, por nos y los nuestros damos y concedemos a vos venerable y dilecto hermano Guillermo de Cardona maestro de la casa de la milicia del Temple en Aragón y Cataluña y para vos hermano Raimundo de Ladone comendador de Alfambra y para la totalidad de los frailes de la dicha casa, tanto actuales como futuros, por lo que con las condiciones y posesiones que en la villa y término de Camañas, aldea de Teruel, tenéis y poseeis, podais poner con nuestra autoridad, poner y establecer y poblar para siempre, cinco pobladores, y no más de cinco. Así pues, por lo que a la ya dicha casa de Alfambra dimos y asignamos, de la misma manera que se contiene, con total plenitud en dicha donación. Todos estos hombres supradichos con todos sus bienes tengais como propios en (este) otro lugar y los vuestros estén sometidos de los vuestros y estén siempre, así como de los hombres de las villas y lugares del Temple. No exista ninguna jurisdicción o corregimiento para estos mismos hombres. Así pues, encomendados como universales súbditos nuestros, tanto los actuales como los futuros. Por tanto los supradichos hombres con todos sus bienes que posean salven siempre y defiendan y no permitan ni a uno ni a ninguno ser importunado contra la justicia en ninguna parte

                Dado en Puçol, V nonas 8 de mayo[1] del año del Señor1251


                Sig(+)no Jacobi por la gracias de Dios Rey de Aragón y ---¿--- valencianos?, Conde de Barcelona y de Urgel y Señor de Montpellier.
                Son testigos: Petrus Cornelio, mayordomo en Aragón; García Romeo: Artaldus de Luna: Eximinis de Focibus: Sanctus de Antilone: Egidius de Rada. Sig(+) Petri Andree quien por mandato del soberano Rey y de Gonzalvo Petri notario suyo? Barcelona? Escribí y en lugar y día y año firmé.


[1] 3 de mayo.  Nona: quinto día del mes romano, salvo para los meses de marzo, mayo, julio y octubre, en que eran el séptimo.