martes, 29 de diciembre de 2020

Orrios. Año 1942. El cura, el falangista y dos vecinos irreverentes en la procesión del viernes santo. Multa y tente tiso.

Caminando en procesión en Orrios. Hacia 1970.

 

         Pues resulta que el tal cura que firma el escrito que sigue fue mosén Servando Civera García. El mismo que. según me han dic me bautizó.

     Sí, en este mismo lugar en donde nací, en Orrios. 

     Unos años antes, en marzo de 1940, había  remitido, el tal mosén, al Gobernador civil de Teruel el escrito que acompaño y que trancribo tal cual, incluyendo las faltas de ortografía que de su mano había mandado a la autoridad oportuna por aquel entonces. 

     Lean el texto y saquen las consecuencias oportunas desde entonces hasta hoy. Y, como siempre, indico que quien quiera entender que entienda, porque no hay peor ciego que quien no quiere ver. 

 

           

Original en A.H. Teruel


             Tengo el honor de poner en su conocimiento de V.E. que hayer al salir la procesión tradicional de la pasión. Al salir de la Iglesia revestido con capa pluvial (acompañado del Sr. Alcalde, falange y fieles, el falangista Lorenzo Martin Millán (encargado como sus compañeros de velar por el orden a ruego del que suscribe) vieron que Miguel Navarro Fortea y Elías Blasco Pérez se reían y mofaban del acto, se vio precisado a llamarles la atención, y en lugar de ovedecerles le insultaron y llegó a ponerle la mano en el pecho, entonces requirió el falangista Lorenzo al jefe de Falange el cual fue insultado y desafiado por los citados vecinos de esta villa Miguel Navarro Fortea y Elías Blasco Pérez.

            Lo que pongo en su conocimiento rogando a V.E. se digne imponer el correctivo conveniente para que sirva de ejemplo en prestigio de las autoridades ultrajadas y en bien de la religión ofendida.

            Gracia que el exponente no duda conseguir del bondadoso corazón de Vd. cuya vida guarde Dios muchos años.

            Orrios 22 de marzo de 1940

 

Ecmo. Sor. Governador de la provincia de Teruel.

 



El Gobernador en virtud de los informes del cura y del alcale impone la multa. Por falta de espíritu religioso,  desobediencia y carencia de respeto. 250 pesetas y 50  respectivamente a cada uno de los implicados. Cantidad que no es moco de pavo por aquel entonces y en el lugar de Orrios.

Hala Elías, hala Miguel, a pagar. Y chitón.

El alcalde y jefe de falange de Orrios confirma la denuncia del cura y ratifica la información efectuada por el falangista encargado del orden en la procesión del viernes santo.


Enterados por el Alcalde los sancionados firman la notificación de la multa.





 

Pasados los años cincuenta del siglo pasado a la entrada de los pueblos aparecía el emblema de falanage, el yugo ylas flechas. Aquí tienen el de Torrebaja.


Otra estampa de aquellos años de la multa.


Y el NO-DO oblugatorio antes de cada sesión de cine.

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