martes, 28 de mayo de 2019

Exploradores



Los exploradores descubren el refugio taponado por las plantas capitanas. foto cac.


   
   Echamos a andar por donde se reunen la rambla de Juan Pérez y el barranco del Tamborero. Allá, por Trascastriel, según dice el medieval Fuero de Alfambra.
   Ya era el tercer intento que hacíamos para encontrar el refugio del que nos habían hablado tiempo atrás Carlos Abril, joven labrador, que lo avistó desde su tractor y Benito Doñate, veterano de la labranza, quien lo conocía porque allí había ido a abrevar cuando el tiempo de los mulos.
    Era al poco de haber terminado los días de la Pascua. Con la luna menguante el tiempo se había tornado turbio y allá por la sierra de El Pobo se estaba metiendo la tormenta con sus nubes agresivas tornadizas en negro.
   Aquí nos sacudían los vientos en turbillón removido de un lado al otro. Por eso les dije que caminaran por la parte baja del arroyo y yo iría por la de arriba, cubriendo los dos flancos por si, por fin, dábamos con el refugio.
   Y ocurrió. Ambos dos, Max y León, León y Max, se apuntaban la primera del "yo lo vi primero". 
Rastreando y buscando vestigios entre las derruidas paredes de una paridera. foto cac.


     Antes caminaron entre las paredes derrumbadas de una paridera que sirvió de de refugio provisional y desmantelado por el uso de las vigas choperas de su techumbre a la hora de combatir el frío de aquel invierno de comienzos de 1938.
     Estas tierras, estas ramblas que llegan hasta el Alfambra río, ocuparon el centro del terreno delimitado al sur por Celadas, al oeste por la sierra Palomera y al norte hasta Lidón y Portalrubio.
    Aquí cayó la de dios bombardeando y la de la virgen ametrallando después. Y cayeron, vaya si cayeron soldados republicanos, y vaya si sufrieron los lugares y las masadas de estos lugares con sus gentes evacuadas hacia un lado y otro, huyendo sin más para salvar su vida.
Los exploradores encontraron estos botes de alimentos y estas balas en los alrededores del refugio. foto cac.

 Por eso por estas ramblas abundan los refugios excavados al abrigo de bombas y metrallas. 
Uno de los exploradores contempla la boca del refugio de imposible acceso. foto cac.

Para entrar en el refugio había que superar el pozo sobre unos palos. Hoy están podridos y no podemos acceder. Medimos el pozo con una cuerda a la que hemos atado una piedra. Tiene diez metros de profundidad. Está picado en la compactada roca. Con la lluvia de estos días casi se ha llenado, conducida el agua por la escorrentía donde algunos labriegos de antaño excavaron con mano sabia este abrevadero y este refugio. foto cac.

  Cruzamos después hacia el norte  el barranco de Cañamaría, hoy con su hilo de agua entre el cascajo tanto tiempo sediento. Seguimos hacia Villarrubio y llegamos hasta la masada de Altabás.
   La masada, habitada hasta los años ochenta del siglo pasado, conserva en su corral un par de palmos de sierle cuarteada en su abandono sin ovejas. Sirvió de refugio de tropas republicanas desplegadas por estas tierras. 
    Descendemos hacia el pozo que dio de beber a los soldados y a los masoveros . Los exploradores echan el desportillado caldero de toda la vida y lo alzan lleno de agua clara. Se alegran ante el ingenio de los hombres sabios de antaño.
Los exploradores sacan el agua del pozo y la vierten sobre la pila de piedra de tiempos remotos. Al fondo la masada de Altabás bajo. foto cac.

         Nos llegamos luego hasta la otra masada, la de Altabás el alto. Los edificios amplios con su corral, paridera cubierta, pajar y aun enorme casona están protegidos por modernos pararrayos. Las tierras están cultivadas aunque el ganado ovino ya no se cobija aquí. Un enorme, casi descomunal tractor, aplana la tierra con sus rulos gigantes en un periquete, la misma tierra que costaba días y días de labrar dándole a los mulos o los bueyes.
     Alguien ha levantado, en la loma que preside la propiedad, un habitáculo apropiado para contemplar un cielo estrellado en el silencio de las noches veraniegas, inmenso en este mar terrestre estrellado.
     También en la parte baja se conserva el pozo que tanta vida dio a unos y otros. 
El pozo está remozado y los exploradores se turnan dándole a la manivela de la bomba de acceso instalada. foto cac.
    Nos vamos hacia Camañas, lugar sufrido por los bombardeos, prisiones y asesinatos del comienzo del infierno fratricida que fue la última guerra civil. Casas solariegas con rejas y puertas viejas y cerradas, una remozada carretería convertida en hotel rural, una olma inmensa secada por la grafiosis, una escuela en alza gracias a los hijos de quienes, inmigrantes, sí inmigrantes, han venido a repoblar con el trabajo ofrecido por el polígono ganadero, una aventadora de los  tiempos de aquella guerra, unos campos que conducen hacia el cerro de la mina de carbón tambiém bombardeada y ametrallada, un par de rebaños de ovejas extendidos por el páramo en busca de alimento y más allá la masada llamada baja, llena de historia de cuando las órdenes militares, en la confluencia de de los caminos hacia Santa Eulalia y Alfambra.
Camañas. La primavera comienza. Los trigos verdean sobre los mismos campos de batalla. foto cac.
En la entrada de Camañas la aventadora, testiga de tantos trabajos, da la bienvenida y despide  a los exploradores. foto cac.
La gigantesca olma que tantos recuerdos albergó tuvo que doblegarse y murió, en pie, vencida por la grafiosis. foto cac.
   Un par de perdices, hembra y macho, altivos como corresponde a su especie caminan delante de nosotros y se mimetizan en el terreno en busca de su futura crianza cuando alcanzamos la ermita de Santa Ana, remozada en los últimos tiempos y frecuentada por los alfambrinos. 
    En el alto hacia el oeste el pilón que marcó los testigos de las propiedades de las órdenes militares que aquí se asentaron desafía a los vientos que también sacuden el montículo de Santa Bárbara, en el otro lado, al este, desde donde se avista Celadas, el pueblo más castigado por las bombas y las metrallas, arrasado, destruido en aquellos días de espanto de finales de enero de 1938.
La ermita de Santa Ana. foto cac.

     Ya en Alfambra llevo a los exploradores hasta una casa, testigo inmóvil de aquellos años de destrucción.
La casa, en la plaza de la fuente,  cerrada hace ya unos cuantos años, se conserva con la misma balconada y puerta de aquel invierno de 1938. foto cac.

domingo, 19 de mayo de 2019

Teruel. Enero 1940. "Dios que ha salvado a España guarde al Caudillo y a V.E. muchos años. (José Maicas, Acalde de Teruel)

            
El general Varela y el plumífero José María Pemán, los dos gaditanos, inician la entrada en Teruel en febrero de 1938. Archivo BNE.


El estanco que fue propiedad del Alcalde José Maicas Lorente, en la actualidad. En el mismo sitio, calle del Cuervo, a la entrada del barrio del Arrabal. foto @ cac. 2019.

Iglesia y Calle de La Merced. Aquí tenía su vivienda la familia de Ángel Sánchez Batea. Tan sólo cien metros la separaban del estanco de Maicas.  En el Arrabal se conocían todos. foto @ cac. 2019.



           Desde finales de febrero de 1939 y hasta mediados de 1941, tiempo en que fue Alcalde Teruel, José Maicas Lorente, firmó docenas de informes referidos a personas de esta ciudad que no habían participado en la sublevación franquista.
           Quien fuera estanquero y comerciante de explosivos antes y después de los trágicos sucesos ocurridos en la ciudad mudéjar, evadido desertor de las bombardeadas edificaciones cuando el ejército republicano conquistó Teruel, condecorado con la Cruz al valor patriótico concedida a él y a otros ciento cuarenta y cinco más huidos a propuesta del general Varela, conquistador triunfante de la ciudad destruida y aniquilada, domiciliado en su comercio de tabacos de la calle del Cuervo número tres, justo en la entrada del barrio del Arrabal, donde habitaban vecinos de ascendencia humilde, conocidos entre ellos mismos de los pies y manos de los que cojeaban, se convirtió en instrumento propicio para que el Caudillo, erigido a sí mismo fuente de ley divina universal, ejecutara con su firma lo que sus subordinados de todas las instancias le ponían delante.
     Aquí dejo una muestra. Lean y reflexionen.






                Contestando a su atento oficio, fecha 14 de Diciembre último, referente a ÁNGEL SÁNCHEZ BATEA, (a) “El Obispo”, de 48 años, casado, labrador, hijo de Fermín y Serafina, natural y vecino de Teruel, con domicilio antes del 18 de Julio, en Merced nº 6, es persona de pésima conducta en todos los aspectos e izquierdista consumado: fue socialista significado, fundador de la Casa del Pueblo, Concejal Gestor de la Diputación en el Frente Popular y Vocal de la Junta Administrativa de la Casa del Pueblo y Presidente del Sindicato de Agricultores llamado el Progreso, afiliado a la U.G.T. y Presidente de la Federación Provincial de Agricultores llamado el Progreso. Afiliado a la U.G.T. y Presidente de la Federación Provincial de Trabajadores de la Tierra, también de la U.G.T.
    Antes del Glorioso Movimiento, fue un gran propagandista de izquierdas y dirigente en todos los mítines y revoluciones, yendo por los pueblos predicando sus doctrinas, pero con mayor intensidad en épocas electorales.


            Al estallar el Movimiento Nacional se encontraba trabajando en esta, esperando les dieran armas para hacerse dueños de la Capital, pero al ver fracasado su credo, se pasó al enemigo en los primeros momentos. Allí los marxistas le nombraron Jefe de una de las Columnas que hostilizaban Teruel. En su casa le fue sorprendida una emisora con la que su hija le comunicaba noticias de nuestro campo. Cuando los rojos se adueñaron de Teruel le nombraron Alcalde o sea Jefe del Consejo Municipal, mandando fusilar y fusilaron a varias personas de derechas en compañía de otras de su calaña como Simón Marín (a) “El carbonero” y Andrés Gómez (a) “Barrecalles” individuos de su confianza. Este Andrés está en libertad y vive en el Arrabal, calle de las Vírgenes, quien requisó toda clase de cosas hallándose su casa llena por completo de objetos, comestibles y piensos los que fueron entregados al Servicio de Recuperación del Ejército Nacional.

            Se trata de persona extremadamente de izquierdas; aunque su cultura es escasa conocía bien al personal que le rodeaba y debido a ello consiguió el encumbramiento de que gozaba entre las Masas. Fue fundador como se dice antes de la Casa del Pueblo, y por mucho tiempo su presidente, dirigió huelgas y manifestaciones boicoteando a su antojo a los industriales siendo causa de la ruina de algunos.

            Cuando vino la República fue Concejal por el partido socialista del que era guía y daba a los obreros datos e informes y les azuzaba para que hiciesen imposible la vida a las personas de orden. En las contiendas electorales habidas en la Provincia y sobre todo en Teruel soliviantaba al cuerpo electoral en su mayoría incauto, diciéndole que las elecciones se ganaban por la fuerza y no por los votos caso que estos les diesen resultado adverso. Hasta la fecha de la iniciación del Glorioso Movimiento fue Jefe, inductor, embaucador y engañador de de la gente ignorante a quien pitaba un porvenir insuperable de todo de todos; con lo que se ganaba el aplauso de las Masas, y cuando no se imponía sobre todo cuando las izquierdas asaltaron el Poder y usurparon todo derecho.

            En los primeros días del Movimiento se marchó a la zona roja con varios de sus compinches y satélites sabiéndose que en Valencia por el más destacado extremista de Teruel fue de la Junta del Frente Popular ocupando la Presidencia de la misma, siendo su misión denunciar ante las Chekas a las personas de orden informando del mayor o menor grado de adhesión de ellas a la Santa Causa; denuncias que las más de las veces terminaban en el fusilamiento de los denunciados.

            Entrados en Teruel los marxistas le designaron Jefe o Presidente del llamado Consejo municipal, desde cuyo sitio dirigió toda clase de robos, saqueos, atropellos y actos delictivos que se cometieron. Iba armado de una pistola y escoltado por los siervos del soviet. Mandó detener y detuvo a muchas personas a las cuales dieron muerte; excediéndose en la Comisión de excesos cuando supo que el Ejército Nacional avanzaba para librar a la Ciudad Mártir de la opresión roja.

            Está considerado con razón como el más peligroso y funesto.

            Perteneció a la llamada Columna de hierro y en Valencia ejercía el cargo de delegado en la compra de lanas.

            De los dirigentes marxistas que han actuado en Teruel es el peor de todos y mayor responsable de los delitos cometidos por la chusma.

            Pistola en mano sacó a Domingo Pastor y esposa y les condujo hasta el sitio en que los ejecutaron.

            Estos son los datos recogidos hasta hoy.

            Dios que ha salvado a España guarde al Caudillo y a V.S. muchos años.

            Teruel 11 de Enero de 1940.

                                   El Alcalde.

                Firmado  José Maicas.



Sr. Juez Instructor del Juzgado Militar nº 8

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    Nota: Este informe no resiste una confirmación contrastada existente en los archivos históricos españoles, incluido el Juicio Sumarísimo 2982. 40 a que fue sometido Ángel Sánchez Batea, fusilado el 29 de mayo de 1943 en Zaragoza. A quien en agosto de 1936 le habían fusilado en Teruel a su mujer María, a su hija Pilar de diecisete años y a su hermano Juan. En el mismo proceso Sumarísimo su primo Dámaso murió en los calabozos como consecuencia de las torturas sufridas. José, hermano de Dámaso, quedó ingresado en el psiquiátrico de Valencia a causa de las torturas. Antonia, hermana de Ángel, cuidó a sus sobrinos Volney y Jaurés que tenían once y nueve años al inicio de la guerra. Ella misma también fue condenada a doce años de cárcel, por eso, por ser hermana.

      Es necesario conocer los hechos y las consecuencias sociales de los mismos.

         Es necesario conocer la HISTORIA.

         Es necesario enseñarla en la ESCUELA.

                  

Aquí tienen los documentos. (AJMTZ)                                  

Original en AJMTZ
                                                                                                                                                                                 
Original en AMJTZ


Original en AMJTZ.
                                                                                                                                                                                       



           

martes, 14 de mayo de 2019

Xenofobia. MENAS (Menores No Acompañados)




Consiguieron llegar.
Nacieron, abrieron los ojos y les deslumbró un sol de fuego, mamaron hasta dejar en puro pellejo dolorido y quebrado de arrugas las tetas de sus madres. Algunos atraparon los pezones estirados de unas cabras tan famélicas como ellos.
En el trance de aquella niñez se quedaron huérfanos de hermanos, de padres, de abuelos, arrastrados en los clanes protectores de familias sin tierra, sin animales nutricios, sin agua.
 Tan sólo hambre y muerte, hambre y muerte. 
Sol a dentelladas y, en otros lugares selva y aguaceros y fusiles y delirios de alcohol y alucinógenos para escapar de la miseria en las explotaciones mineras, donde ya de niños eran sumergidos como libres en sus caños de asfixia y de muerte –siempre la muerte- para obtener unos gramos de oro, o unos diamantes asesinos, o sulfatos o petróleos o volframios o plomos venenosos o coltán vitriólico, siempre entre barro y muerte y muerte, con hambre y hambre, y miseria y miseria cansada en las explotaciones negreras de blancos, y ellos negros negros y moros moros sin esperanza. 
Y dispuestos a morir, a intentar vivir muriendo.
Mujeres y hombres, siempre jóvenes y niños. Y humillaciones violentas en las violaciones de las hembras un día y otro, y otro y otro, castigadas y siempre llenas de vida, llegando hacia el camino, un camino sin rumbo donde los vientres parieron sin remedio.
Sed, hambre y muerte. Desde el primer día, a pie, a rastras, en camiones abarrotados previo pago en especie de braceros extenuados, en dineros obtenidos ni se sabe, en chantajes y muertes mientras el sol del Sahel causa estragos y alimenta las negras arrugas del desierto, las alimañas de hienas humanas agazapadas a la espera después de meses y meses, y más meses, y un año y otro y otro.
Y, por fin, el Norte. Y más negreros en el control y venta de viajes en cayucos condenados al fracaso. Y más muertes aún, y el embarque desesperado y los vientres que se hinchan en la misma barcaza antes del naufragio y el arribo a costas que dicen son la Europa española, a las arenas que semejan colchones que amortiguan las heridas infectadas de las afiladas cuchillas ceutís o melillenses, en el desesperado intento roto una y otra vez, porque qué más da si entre la  muerte y la vida no queda más una desesperación en estos niños que no saben qué edad tienen, ni quiénes son, ni conocen las fronteras que hace años trazaron los antecesores, blancos blancos, de estos que hoy mismo les han escrito en la puerta de la que pudo haber sido su casa de acogida MENAS, NO
Allí mismo donde hubieran podido estar protegidos de aquellos mismos centros convertidos, aun sin querer, en muros carcelarios separadores de las mujeres y hombres, adultos y jóvenes, con los que quisieran integrarse, acudir a la escuela y aprender a leer en una lengua que hubiera acabado siendo la suya. Y vivir, convivir con los demás blancos, rubios, negros, mestizos de todas las historias desconocidas de todos estos patrioteros de banderitas que saben grabar con colores de fuego en este lugar que pudo ser su casa y que les dice bien fuerte MENAS, FUERA.
  



Lanzo mi grito de dolor y de rabia a cien metros de mi casa donde están grabadas estas palabras por manos ejecutoras de cabezas descerebradas, pertrechadas para apalear a quienes quieren ser como otros cualesquiera. 

Estos españolitos o españolitas que blanden banderas de bandos dicen que no puede ser, se queden en su tierra, que les den por el culo, que se jodan, coño, que  a ver si se enteran de una puta vez, estos putos negros y moros de mierda, que esto  España y España es de los españoles.

lunes, 6 de mayo de 2019

Fuero de Alfambra. Un hermoso manuscrito.




          El Ayuntamiento de Alfambra ha promovido y patrocinado la edición facsímil, transcripción textual y adaptación a la lengua actual del único ejemplar manuscrito guardado en el Archivo de La Seo de Zaragoza  del Fuero de Alfambra. 
      Dejo aquí algunas páginas. Las personas interesadas en disponer de un ejemplar pueden dirigirse al Ayuntamiento de Alfambra donde se les facilitará.