Orrios. foto cac. |
foto cac. |
Ramiro añora volver a echar la partida de guiñote todos los días. Hace casi un año que aquello se acabó. Las seis cartas del reparto peligraban la salud por el sobo de las manos. Tomaban su café. Charlaban. Luego el cigarro en la calle. Y a casa. Más tarde, en el verano levantaron la mano la gentes que nos gobiernan. Fuera del café, con sol o sombra, cuando llegaron los hijos y los nietos de quienes se fueron cuando los malos tiempos en el pueblo. Volvieron a la cerveza. Las gentes de siempre siguieron sin guiñote. Se acabó el verano y comenzó de nuevo la jodienda. En las ciudades cada día más contagios. Nos hablaron de la vacuna. Y esperamos. Llegó la Navidad y algunas gentes no respetaron a quienes aquí si lo hicieron. Mari mantuvo las colas en la calle y en su tienda entrábamos de uno en uno.
Algunos, en el cigarro sin guiñote, recordaron aquel arriendo de lo que entonces se llamaba taberna. Les contaba aquello quien un día sí y otro también anda entre papeles. Mariano, Serafín, Francisco, Rufino y algunos más le dijeron al chupatintas que algún le iban a empapelar a él. Pero que pusiera lo que decían aquí mismo para enterarse mejor.
El café siguió como lugar de encuentro, como siempre, sin cigarros y sin guiñote. Los pocos jovenzanos que andan por aquí desperdigados se juntaron con algún insensato y cuando comenzó el año tuvieron que quedarse en cuarentena porque alguien llegado de no sé dónde trajo el contagio y se jodió el chaparral.
Alberto me volvió a decir que “todos quietos paraos” porqueasí llevaban mejor lo de la nevada y lo de los hielos. El único que siempre va a lo suyo es Benedicto. A este no hay nevada ni hielo que lo pare. Arriba y abajo con sus ovejas. Si nieva se queda en la paridera y les echa paja en el pesebre. Aguanta y en cuanto puede se acerca para abrevar. Vuelve a su casa y se encuentra ahora ya el café cerrado. Sólo echa de menos su charrada en la anochecida con José, su amigo, el más viejo de los pastores. Lo lamenta por un lado y por otro se alegra porque su amigo, cuando su mujer Araceli se cayó y se rompió la cadera se fue con sus hijos a Zaragoza.
Aquí no hubiera podido salir a la calle. Aún tenemos hielo. Va regalando y empiezan a reventar las tuberías. Se va armar una bien gorda me dice Benedicto. Ya verás encharcadas las casas de esos que tú bien sabes por no haber cerrado las llaves a su tiempo. Hay que saber esperar zagal y darle tiempo al tiempo. No le dimos y por eso en Navidad la jodimos. Espabilada que es la gente. Coche por aquí y por allá. Viajes. Esto y lo otro. Y ahora a joderse. Quietos paraos que cada día cascan más. No me alegro, no, pero es lo que hay. Que si se aburren y que ni sé cuántas martingalas más. Pues que vengan conmigo a cuidar las ovejas y verás cómo espabilan. Mira si les gustaba a los de aquí echar el guiñote. Y ni eso. Claro que me acuerdo de los que se han ido para siempre, que a Francisco y a Mariano y a tu Juan no se los llevó la peste, que se los llevó la vida. No tenemos remedio. Pero aguantaremos. Ya te lo digo yo, zagal. Y pon ese bando en la puerta del café como en los tiempos del arriendo de la taberna para que vean cuánto costaba el cantáro de vino, cantáro, cantáro. Y el bocao de abadejo. Y seguiremos hablando de los hielos, de las nieves, del centejo, de la espelta, de las ovejas, de la lana, del riego, de labar, de la molienda, de la siembra y de la vida. De la vida, zagal, de la vida. De la que se va y no vuelve.
Orrios en la otoñada. foto cac.
Original enArchivo municipal de Orrios.
Transcripción literar de Clemente Alonso Cresp.
Taberna desta Cilla
La taverna se arrienda por tiempo de un año que dara principio el 1º Enero del año primero viniente 1829 y finara el 31 Diciembre el mismo año conlos pactos siguientes:
Que el Assentador deberá surtir la taberna de vino del Reyno de Valencia aprobado por el Ayuntamiento y de parte tendrá 11 quadernas por cantaro de vino y quando se le mande por la Justicia y Ayuntamiento baya a Cariñena por el tendrá 13 quadernas por cantaro de bino, sin abono de la medida, y devera tomar el centeno a los becinos al precio del Almudi de Teruel y deberá tomar los huevos al precio de la tienda y si trahe el vino de Teruel tendrá de parte un sueldo de a doce dineros por cantaro vino y si en la villa lo comprare deberá venderlo dinero mas, con aprobación del Ayuntamiento. Que devera dar el Assentador para la procesión de Santa Ana 12 cantaros de vino, tiene de bistoreta? 21 cantaros de vino y estos deberá darlos a 12 dineros la media, deberá sacar un quartillo cada vacio y sera de su cuenta el venderlo el vino, pagara un doblon para compiner la casa. En todo tiempo tendrá la puerta abierta, desde el punto de dia hasta las nueve de la noche y caso que trajera bino agrio o no de recibo la Junta tendrá potestad para demandarlo
…?... y si le falta el vino de sol a sol pagara la multa de un Duro, si no es por un trabajo de nieve? o cosa semejante. Debera dar fianza o fianzas a satisfacción del Ayuntamiento.
Obligacion de la taberna
Que yo Agustin Ros, me obligo por tiempo de un año a juntar la taberna de esta villa, con los pactos y condiciones que se espresan a continuación en el cartel en 33 dineros por cantaro de vino. Siendo a todos ellos fianzas Mariano Estevan labrador y vecino de esta villa y Juan Martin labrador de la pUebla de Valverde y no firman por que espresaron no saber la irmo yo el Secretario Interino en la villa de Orrios a diez y seis de Diciembre de 1829.
Manuel Mateo. Recibidor
Frabscisco Abad, Secretario Interino y firmo con Mariano Estevan y Juan Domingo por Martin también fianza que espresaron no saber.
Domingo Fortea. Diputado
Nota. Igualmente firmo el Secretario Interino por los demas S.S. del Ayuntamiento
Abad Secretario Interino.
El río Alfambra a su paso por Orios. foto cac.