jueves, 9 de diciembre de 2021

Meditaciones con la cara al cierzo. Orrios por ejemplo.

 

 

 




 

     Monte, agua, tierra para cultivar, industrias para despegar y entonces incentivar a pastores, ganaderos, labradores, personal de diferentes servicios, médicos, enfermeras, mujeres y hombres, maestros, mecánicos, herreros, hosteleros, inversores transformadores de productos primarios, electricidad, gasoil para la maquinaria, internet en todos los lugares, mejoras en carreteras y caminos… … …

 

     ¿Acaso no se incentiva a los inversores, en general, poniendo terrenos urbanizados a precios ajustados en los polígonos industriales cercanos a las ciudades ya desbordadas?

         ¿Acaso no se incentiva a las empresas que contratan a personal rescatado en señuelos de levas, en pagos a la seguridad social?

         ¿Qué vamos a hacer con tanto molino ventoso y tanto panel solar que sembrarán de luces los reductos tan lejanos y que aquí no dejarán más que espacios maltratados fuera de cuatro cuartos que sólo son pan para hoy y hambre para mañana?  Años antes nos inundaron con pantanos que se llevaban la electricidad y tras ellos a las gentes obligadas a abandonar sus tierras. Si los interesados en ganar cuantos más dineros mejor son capaces de invertir aquí, en estos lugares, con esos artilugios de gigantescos molinos ante los que uno enloquece como nuevo Quijote, por qué no se pueden levantar industrias en estos mismos lugares.

         Aquí nos estamos quedando con abundantes granjas de cerdos, de puercos decimos aquí, junto a esos paneles y esos molinos. (Claro que los molinos y paneles ni sienten el olor ni comen los derivados de los puercos)

         Quienes resisten por estos lugares todavía hoy, en esta tierra en ocasiones erizada, también deben aportar sus propuestas. No todo consiste en verlas venir o verlas ir.

         Ya la emigración de la España rural a las ciudades se acabó hace tiempo. Entre otros motivos porque no queda gente joven y además, aquí, no nace ni dios.

 

         Que llegue gente con ofertas de trabajo y posibilidades de formar una familia. No queda otra. Si no vacío y vacío. Dentro de un par de días esto sanseacabó. Y quien venga detrás que arree. Ni siquiera hace falta que el último apague la luz. No habrá último.



 

 


domingo, 28 de noviembre de 2021

A la memoria del Maestro Marcial Gil Vicente y de todos los Maestros que dieron la fuerza de su trabajo a sus alumnos.

 

 

 

Marcial Gil Vicente con sus alumnos.


                        Hoy, en memoria de todos los docentes que se entregaron a sus alumnos con todas la fuerzas y recursos que tuvieron a lo largo de su vida.

         Traigo aquí a Marcial Gil Vicente. Maestro. Así de simple, así de ejemplar.  

        Hasta hoy ninguneado por las instituciones que deberían reconerlo y ejemplificar su trabajo hacia las nuevas generaciones. A pesar de que tienen en su poder, porque les han sido remitidas, informaciones suficientes. 

      Aquí les dejo unas líneas a modo de ejemplo.

 

   (Y también a la memoria de Almudena Grandes que hoy se fue en silencio). 

 

     Quien quiera aprender que aprenda.

16 ene 2017 — Marcial Gil Vicente (Orrios 1889-Barcelona 1952). ... el Maestro Marcial Gl Vicente redactó una memoria pedagógica para concurrir a las ...


martes, 23 de noviembre de 2021

El socialista Javier Lambán y el falangista José Antonio Primo de Ribera.

 

 

José Antonio Primo de Ribera y..............


....y el señor Lambán.      Ambos dos.


                         El señor Lambán, presidente del Gobierno aragonés, se desmelena cada vez que sale a la palestra. Cada día tiene menos pelo y cada vez menos vergüenza a la hora de expresar sus ideas. 

    No se sabe si mata, espanta o arranca... arrancar a correr en la dirección que es la suya.

     Lean lo que escribió y recomendó el falangista, es decir fascista beligerante, defensor de los puños y las pistolas. Y lean también lo que dijo el tal José Antonio Primo de Ribera unos días antes de que empezara aquel golpe de estado que devino en guerra civil y cruel posguerra.

        El señor Lambán demuestra ser un analfabeto en Historia por muy doctor que, según dicen, es en ella. El señor Lambán es otra cosa.

      ¿Acaso el partido socialista de Aragón no tiene a nadie más decente que él para su secretaría general?

      Avergüenza.   Aquí el que no corre...  vuela.

 

 

Una lectura muy recomendable para los belicosos nietos de los combatientes de la guerra, que quisieron desde el principio paz, piedad, perdón y reconciliación

 Imagen

         Hasta aquí lo que recomienda el señor Lambán.   A partir de aquí lo que ocurrió hace años en Alcañiz.   Parece que "la vieja guardia" siempre es la misma o haciendo ripios... rima.

 


 


Vieja Guardia

El domingo 5 de enero de 1.936, se organiza un mitin de Falange Española, en el teatro de Alcañiz. En este mitin participan José Antonio Primo de Rivera y Ruíz de Alda.

José Antonio Primo de Rivera se aloja en Alcañiz, en la casa de Miguel Merino(1). Francisco, se ocupa de la custodia de la casa.

Según crónica del ABC del 7 de enero de 1936: “Asistió numerosísimo público. Los oradores atacaron duramente a los gobiernos que llamaron segundo bienio, y aseguraron el triunfo en las próximas elecciones de los candidatos fascistas.”

El resumen del discurso se publicó en el periódico Arriba, núm. 27, el 9 de enero de 1936:

“El jefe nacional pronunció una breve y enérgica arenga dirigida –afirmó– a los militantes y a los que tienen el alma preparada para serio, ya que para los demás hablamos un idioma extraño. Nosotros andamos recorriendo España en busca de ese fondo permanente, entrañable, defraudado por las izquierdas, capaces de avenirse a la desmembración de España, y por las derechas, insensibles al hambre del pueblo.

Reiteró las afirmaciones conocidas de la Falange en orden a la reforma agraria, y terminó afirmando que nuestro Movimiento consideraba inseparables las tres cosas que hay que devolver al pueblo español: la Patria, el pan y la justicia.”

Al finalizar el mitin, José Antonio con varios falangistas se dirigen al bar del centro republicano, hoy Cafetería Guadalope en la actual plaza de España. Allí se sientan alrededor de una mesa y piden que les sirvan. El camarero les invita a que se vayan. Ante su negativa, el dueño del bar, interviene invitándoles de nuevo a que abandonen el local. Nuevamente los falangistas se niegan y a continuación se produce un altercado en el que José Antonio recibe un puñetazo en la cara. Los falangistas se dirigen a sus coches que estaban aparcados en la subida del teatro a buscar sus pistolas. El guardia de los coches se los impide. Intervino la guardia civil y fueron detenidos varios falangistas. José Antonio amenazó con no irse hasta que salieran en libertad los falangistas detenidos, parece ser que la amenaza causó efecto pues fueron puestos en libertad (memoria oral local).

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INICIO DEL ALZAMIENTO TRAS LA CONSIGNA “COVADONGA”

El 7 de julio de 1936, el Periódico La Vanguardia, recoge la siguiente noticia:

“En Alcañiz, el 5 de julio de 1.936, en un local particular, la policía sorprendió una reunión de falangistas que tramaban un complot. Entre los detenidos figura don Jesús Muro Sevilla, jefe regional de Aragón y miembro del Consejo Nacional de Falange, y también José Sainz, miembro del Consejo Nacional, elegido por la JONS.

Les fueron ocupados documentos en los cuales se habla de un simulacro que debía verificarse por los falangistas uniformados tan pronto como se recibiera cierta consigna. En los centros oficiales se guarda gran reserva.”

El descubrimiento de estos documentos tuvo trascendencia nacional, pues obligó a cambiar la palabra de la consigna, de COVADONGA a CORDOBA, y posiblemente determinó la fecha del alzamiento.

Eduardo González Calleja, en su artículo “Los pistoleros azules. Milicias fascistas y violencia política en la Segunda República española”, nos relata el contenido de los documentos intervenidos:

“El 29 de junio, José Antonio envía una circular a las jefaturas territoriales y provinciales. Reservadísimo, sobre las condiciones para participar en el levantamiento. En síntesis, se trata de lo siguiente:

1. Cada jefe territorial o provincial se entenderá exclusivamente con el jefe superior del movimiento militar en el territorio o provincia. La contraseña será Covadonga (cambiada por Granada al ser interceptado este mensaje).

2. FE intervendrá con sus unidades propias, mandos naturales y distintivos.

3. Si el jefe de FE y el militar del territorio se ponen de acuerdo, parte de la fuerza de Falange, que nunca excederá de un tercio, podrá ponerse a disposición de los jefes militares para engrosar sus unidades.

4. El jefe territorial concertará con el militar todo lo relativo al armamento largo de las fuerzas de FE. Basta con señalar el lugar donde en un momento dado se puede dirigir cada centuria, falange o escuadra para recibir armas.

5. El jefe militar deberá prometer que el mando de la provincia o territorio no será entregado a persona civil alguna hasta tres días después de triunfar el movimiento y durante ese plazo lo ejercerán militares.

6. Desde el instante de recibir estas instrucciones, cada jefe territorial o provincial mantendrá enlace constante con las jefaturas locales, para movilizaren el plazo de cuatro horas a todas las fuerzas de primera línea, y agrupar a las fuerzas en sitios determinados, en agrupaciones de una falange por lo menos (tres escuadras).

7. De no ser renovadas, estas órdenes se anularán el 10 de julio a mediodía (posteriormente se prorrogan hasta el día 20).”

 

lunes, 15 de noviembre de 2021

Hablar, leer y escribir


 ... y un curso de Literatura no debería consistir más que en una buena selección de textos.    

... y a partir de él hablar, leer y escribir.

 

     Toda mi vida como profesor me la he pasado intentando día a día en el aula poner en práctica lo que manifiesta el editorial de "El País" que adjunto.

     No ha sido nunca fácil.

     Las directrices marcadas no estaban por esa labor. Tanto es así que muchos alumnos adolescentes ya llegaban deformados con el galimatías morfosintáctico con el que un día y otro y todos también habían soportado la materia de Lengua española y también Literatura.  

    Pasados los años aún recibo escritos de aquel alumnado, ahora ya mujeres y hombres adultos, que recuerdan el encontronazo que les producía el tipo de aprendizaje y el descubrimiento de hablar, leer y escribir para poder comprender, entender y comunicar. Morfosintaxis la justa.

     Ya veremos en qué queda todo. 

 

 


 

lunes, 8 de noviembre de 2021

A la "dula", a matar el hambre y proteger la tierra.

 

     Cuando entonces (año 1835)  a la "dula", a matar el hambre.  Hoy, con algunas cabras protegidas pos pastores eléctricos quedarían limpias las riberas de los ríos. Y con más protección y ayuda a la ganadería extensiva los montes estaría menos expuestos a los incendios. 

    Todo es cuestión de pensar, querer y actuar en consecuencia. ¡Que no nos vengan sólo con grandes titulares con lo del cambio climático!

   Y una cosa... les aseguro que las ovejas, las cabras, las yeguas, las vacas y otros animales cuadrúpedos no comen aereogeneradores ni placas solares. ¡Que ca uno es ca uno!

 

 


Fotografía tomada de   http://alba-del-campo.blogspot.com.es/p/el-pastoreo-y-la-dula.html


       El hambre los hizo más listos que la tal.
Recogían las mulas, los machos, alguna yegua criadora, las cabras sueltas de cualquier casa, un par de vacas lecheras y hasta alguna oveja cojitranca.
         Marcaban la hora al paso de la recogida con un cencerro desportillado que sonaba hueco.
         De puerta en puerta por las calles de los pueblos en los barrancos y ramblas de las tierras del Alfambra, del Jiloca, de las sierras de El Pobo, por Ababuj, Jorcas, los valles de Sollavientos y las parameras serranas del Maestrazgo y por otros lugares más o menos lejanos.
Y recogían un revuelto rebaño hasta los prados y dehesas boyales donde pasaban los días y también las noches, junto a los humedales y aún algún esquelético regato.
 Mientras los animales ramoneaban las hierbas ellos, los duleros, combatían su hambre mamando a pelo de los pezones de las tetas de las cabras, vacas y, si se terciaba, de alguna yegua criadora de un mulato retozón.
         Hambre no pasaban aquellos días de la dula, no. Aunque aquella leche caliente succionada de las ubres animales les atacasen en cagaleras restregadas con los matojos de las hierbas de los ribazos.
         Con el tiempo les marcaron sus fiebres maltesas y los convertirían en esqueletos cansados llenos de dolores en las articulaciones de sus codos y rodillas.
         Eran los duleros. Servidores casi niños de las mismas gentes hambrunas de aquellos lugares cobijados en casuchas de adobes, camastros de pajas entrelazados con los bálagos del centeno, pucheros magros de tocino rancio, girasoles rastreros cuando había cogidos por los mismos duleros en las primaveras tardas y algún gazapo de liebre atrapado con el trenzado enlazado con las crises de los mulos cuando el esquilo.
  Por eso fueron más listos que el hambre. Los duleros.

Aquí les dejo un documento transcrito literal.

Original en Archivo Ayuntamiento de Alfambra.


Nosotros Miguel Polo y Pasqual Ybañez vecino de Alambra nos obligamos guardar la dula de primavera segun costumbre y arriendo q(u)e aquedado anuestro favor pencipiando la tarde del dia de oy y concluirá cuando la justi(c)ia lomande y senos pagan 3 r(eales) vellón y 2 ma(ravedis) a cada uno y por noche. q(u)e pagaremos todos los daños y penas q(u)e las caballerias agan. quelos días de fiestas durara la guarda desde las 4 de la tarde asta las siete de la mañana y los días de trabajo desde puestas de sol asta las siete de la mañana. queen fianzas presentamos a Enrique Castellot y Joaquin Fortea y presentes todos nos obligamos con personas y bienes abidos y por aber
Alfambra 3 de mayo 1835
  Enrique Castellot fianza
  Pedro Castellot por testi(g)o de lo dicho y firmo por Mig(ue)l Polo y Pasq(ua)l ootrgantes. Por Joaquin Fortea y por mi como testigo
 Fran(cisco) Galue q(u)e no sabe.

Fino la dula el 21 de julio inclusive la noche.

 
Orrios. Terrenos de la "dula". @ cac.

martes, 26 de octubre de 2021

Alfambra. 1938. 2 de febrero. El Tabib Arrumi. La justicia bestia. Documentos para la Historia.

Víctor Ruíz Albéniz, El Tabib Arrumi, al lado de Franco. AHN.

 

             El Tabib Arrumi, el nombre árabe con significado de "médico cristiano", seudónimo que utilizó Víctor Ruiz Albéniz, cronista oficial de Franco mientras duró la guerra civil y aún después. Médico y reportero bélico de la guerra del Rif entre 1909 y 1922. Defensor de Sanjurjo y de Millán Astray, paladín vocero grandilocuente de Franco desde el golpe de Estado de julio de 1936 hasta su muerte en 1954. 

    Fue el abuelo de quien más tarde sería Alberto Ruíz-Gallardón, alcalde de Madrid y ministro de Justicia con el gobierno de Mariano Rajoy, a la vez que yerno del falangista José Utrera Molina, ministro también de Franco.

        Anduvo por estar tierras royas de Alfambra y alrededores y, entre otras perlas, nos dejó textos como el pongo ahora.

   Léanlo con calma. Los moros no fueron más que personas mercenarias enroladas en los ejércitos a cambio a veces de cobrar una peseta al día y derecho a las razias cuando entraban en alguna población.  Sus jefes, los generales Varela, García Valiño y Emilio Mola, el asesino del Norte, como le llama el historiador Paul Preston, además del generalísimo Franco, son en realidad los responsables de tantas barbaridades.

 

Texto de "El Tabib Arrumi"

 



aquí tienen la página completa fechada en Alfambra el 9 de fegero de 1938.





 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Orrios. 1938. Documentos para conocer la Historia.

 

 

La Lonja de Orrios. El edificio más emblemático del lugar. Construido en la segunda mitad del siglo XVI. En él se juramentaban los vasallos ante el Comendador sanjuanista. Aquí se reunieron sus gentes para los actos más significativos. Carasol donde mujeres y hombres se relacionaban, jugaban los mozos a la pelota cuando sirvió de trinquete, tomaban la vez para los riegos y dialogan unos con otros. Antes de entrar en la escuela, situadada en la parte alta de este edificio renacentista, en la posguerra española, los niños cantaban el "Cara al sol" dirigidos por el maestro falangista. Hoy lleva varios meses restaurada esta hermosa Lonja, está totalmente equipada con mobiliario, equipo de proyecciones, servivios higiénicos... y espera, hasta ni se sabe, que en alguna ocasión "la autoridad competente" autorice algún acto cultural.  Larán, larán... como la carretera a no sé dónde.   foto cac.

     

martes, 12 de octubre de 2021

De cuando el maquis se acabó y se acabó.

 

Eran siete, Juan Rulfo, eran siete.

 

Frío, hambre, miedo. El maquis. Restos de la nada. @cac.



Eran siete, Juan Rulfo, eran siete.

   Diles que no me maten. Rulfo, tú y tus cuentos. Tú y tus muertos. Tú y tus vivos muertos. Por tus llanos ásperos, en llamas, en los planos altos de El Alcamín, te he encontrado una y otra vez.
   ¿Y quién mató a estos muertos que encontré aquí mismo, a mi lado, bajo ese escarpe de tierra? Fue cuando la sepultura del tio Rufo. Era una mañana que había salido fea. De esas de mala raza que atraviesen la tierra baldía algunos días de febrero. Amaneció oscura y se añilando. Por eso nos dimos prisa en cavar la fosa. Con José el Novato, que era el yerno, me vine hasta este lugar. Nos dimos una buena soba, porque sabíamos que se nos podía echar encima la ventisca. Y no nos pudimos salvar de ella. Pero había que cavar la sepultura y nos dimos fuerte con el pico y con la pala. Y bien mal que entraba el pico, que la tierra de primeras estaba helada y no se hundía ni a la de tres. Luego, después de las primeras tongadas, aquello ya se empezó a poner patas arriba. José era quien le daba al pico y yo el que paleaba. Y fueron saliendo los restos de las primeras botas y luego un montón de huesos y a la que nos dimos cuenta ya llevábamos siete calaveras.
    Chico, qué cosa tan rara, decía de cuando en cuando José, a quien llaman el Novato. Y a mí me dio por amontonarlas en la barda, junto al camino. Primero pensé si tirarlas derecho a la gusanera, donde van a parar todos los huesos que han ido saliendo cuando se cavan unas y otras fosas. Allí, al pudridero. Los huesos, sí. Que las costillas partidas que fueron apareciendo los tiré derecho a la gusanera. Pero las calaveras, no. Qué cosa más rara, volvió a decir de nuevo el Novato. Siete hemos sacado, ¿verdá tú?. Y eran siete, claro que eran siete, que bien que las venía contando. Y todas tenían un agujero. En la parte de abajo, la que se juntaba con el espinazo.    
    Al final nos agarró la ventisca. Con las prisas se nos vino abajo un morrón de la fosa. A José se le quedaron enganchados los pies embarrados por la tierra que cayó. Entonces le di la pala y acabó sudando la gota gorda mientras tiraba la tierra hacia arriba. Mojados. Más él que yo. Así acabamos. Porque la nieve nos había calado y porque, aun con el frío, nos había entrado la sudadera de tanto darle y darle con las prisas por acabar pronto.     
    Ya por la tarde, después del entierro, hablé con Forestal y me dio razón de los agujeros junto al espinazo. Fue después dejar en la tierra, con un palmo de nieve, el cuerpo del tio Rufo que ya hacía años se había ido de este mundo, desde el día en se enteró que el alcalde había vendido el pueblo por hacerlo barrio de Larroya. Locura senil le llamaban los médicos. Y preguntaba de vez en cuando que dónde estaba su casa y que por qué no lo llevaban a su pueblo. Cuando subíamos con el cajón y su cuerpo dentro por esa cuesta que llega hasta la cancela de entrada casi nos vamos los cuatro que lo llevábamos hasta el cerrado de Molinero. La nieve se había helado sobre el ralo verdín que siempre se agarra en los hoyos aljezares. Resbalones de unos y otros y para, que me caigo. Pero acabó en el agujero, como todos.  

  
     Fue cuando volvíamos, a la altura de los pedruscos de las Calzadas cuando le pregunté a Forestal. Entonces me enteré de los maquis y de las últimas matanzas. Él estuvo en el asunto. Por eso sabía del entierro. A estos también les dieron la tierra, a paladas. Y aun gracias, me dijo Forestal. Que bien malos que eran, añadió. Y así le saqué lo de los tiros de gracia, por lo de los agujeros en la nuca, casi en el espinazo.     Eran siete. Justo eran siete. Cayó toda la partida. Los venían siguiendo desde la raya de Aguilar. Eran la última partida. Fueron los últimos en caer. Forestal bien lo sabía. Le habían hablado de que unos meses antes los guardias civiles habían hecho la última batida. Ya estaban deshechos y vencidos. Luego me dijo que si se habían retirado hacia Francia y que los rojos, bueno, él precisó que comunistas, habían dado la partida por vencida. Pero él sabía de un grupo rezagado y aislado que no consiguió pasar cuando buscaban el mar al otro lado de los cinglos de Villarluengo, por donde la masada en que dejaron al dueño con la aguja de hacer media atravesada de oreja a oreja.    Aquello fue lo que más encorajinó a Forestal. Y por eso fue a por ellos.
    El masovero ya se había hartado de tantos corderos entregados a la gente del maquis. Ya no quería seguir haciendo el mondongo para entregar su parte a la partida de Sardinero. Y un día se puso farruco. Por eso no le valió. Ya no tenían ni un cartucho. Balas hacía tiempo que se les acabaron. Las escopetas sólo las llevaban por eso de presumir, porque ya digo que ni un cartucho. Y Pozolero lo sabía de tiempo. Por eso les hizo frente. Pero no le valió, ya te digo. Y entonces se lo llevaron por delante a lo salvaje. La misma aguja con que su mujer tejía los piales de algodón les sirvió para dejarlo tieso. Me supo mal. Y con Cayetano y el Hostias los rodeamos una noche, cuando dormían en el granero de la masada del Pozuelo. No tuvieron tiempo ni de decir mu. Ya no ponían centinelas ni nada. Yo creo que se sentían vencidos. Los hubiéramos agarrado de todas maneras. Ni se lo dijimos a la cuardia civil. Pa qué. 
     El Hostias dijo de pegarles un tiro allí mismo. Pero la noche estaba muy oscura. Así es que decidimos echar hacia abajo, hacia el pueblo. Los atamos uno detrás del otro, como una reata de mulos, con las sogas de acarrear que había en la misma masada. Y a trompazos los trajimos bajando por los linderos del Plano y la cuesta aguda de Val de Peral. Cayetano se fue a su casa a buscar la pistola. Allí mismo, donde tú dices que te fueron apareciendo las calaveras, el Hostias les sacudía el escopetazo, luego Cayetano les ponía el cañón de la pistola en el pestorejo y ya ni garreaban.
     No te creas que has sido tú el primero que ha encontrado los huesos. Por allí, por el medio del cementerio, en la parte que mira hacia el Regajo, siempre han aparecido algunos huesos. De verdad que tú has sido el último. La gente los iba tirando a la gusanera. Por eso no te cuadran las cuentas de los huesos y las calaveras. Es que las calaveras a todos nos daban no sé qué. Y las fueron echando medio juntas. Cuando se cavaba una fosa las iban tirando hacia la parte de arriba. Pero acuérdate que la del tio Rufo fue la última junto a la pared y ahí quedaron todas juntas. Los huesos salían enseguida con las primeras picadas. No los íbamos a dejar sin darles tierra. Pero eran siete y siete agujeros no íbamos a cavar, que además ya se había hecho de día. Así es que cuatro paladas. Ni siquiera medio metro picamos. Y allí se quedaron. Con el tiempo… pues ya ves. Han ido apareciendo. No hablamos nada a nadie. Pa qué. Se acabó el maquis y se acabó. Muerto el perro se acabó la rabia.
      Ya sé, Rulfo. No vas a decir nada. Nunca hablas. Sólo tu silencio. Arden los ribazos.
Restos, tristeza, recuerdos. @cac.
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1951
ES/AHPTE - GC/001031/000009 - Aparición de siete supuestos bandoleros en Cañada de Benatanduz