lunes, 11 de febrero de 2013

Nieve de mala raza




Orrios después de la borrasca de la noche. @cac.


           Parece que cayó algo pero se quedó en nada. Este febrero el loco está haciendo honor a su dicho y resulta un día peor que otro. Un día de calor, al siguiente una borrasca al que sigue otra y otra y otra sólo de viento que nos trae unas pugnas que se clavan como flechas heladas. Hasta la perra se jode de frío.
         Más lejos, por Canfranc y Jaca y Sallent y Benasque están ya hartos de tanta nieve aborrascada que corta carreteras, produce avalanchas y queda atrapada la riqueza blanca porque las estaciones de esquí se bloquean con los vientos y más vientos.
          En el llano, las tierras de Zaragoza se han anegado por las riadas y si llega de golpe el deshielo se volverán a encharcar cuando los ríos vengan mayencos.
         Aquí en Orrios, aún así, algo de casa y empiezo a podar los frutales por si quieren echar luego las flores y aguantan sin helarse con los primeros días de la primavera. Las rachas de viento casi me tumban y las ramas de los chopos que he desmochado se me agarran a los ribazos cuando trato de sacarlas de los linderos de la rambla. 
          Casi en la anochecida José vuelve a casa con su centenar de ovejas pudiendo más él que sus ochenta y cuatro años. Y Benedicto, ya sesentón pasado, sigue embozado entre la manta mientras su perro blanquinegro va y viene sin descanso marcando el lindero de un alfaz ramplón.
         Yo también regreso entonces a casa, embutizo en el pasamontañas, ligero el paso, con la moquita a cuestas, entre los campos helados y el río que ahora baja como un espejo.
        Es febrero. Ojalá nevara como dios manda y se dejara de estas borrascas que arrastran contra las piedras y ribazos la poca nieve caída.

Orrios. En su entrada poca nieve y de mala raza. @cac.


Orrios. Son los ribazos quienes aguantan la borrasca. @cac

        

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