miércoles, 13 de julio de 2016

Venezuela no existe, Teruel tampoco.



       Se acabó la intoxicación del bla, bla, bla de las elecciones. Ya no interesa que Venezuela exista. Como Teruel que sólo existió la última tarde del cloaqueo del bla, bla, bla y televisivo. Por allí apareció el Presidente en funciones de no sé qué ... fuese ... y no hubo nada.
     Pero Venezuela existe y Teruel existe.
Aunque en ocasiones los espíritus malignos aparecen en la historia de cada quien. Así me ocurrió a mí en el veraoo del año 2.000, cuando me encontré la aparición en carne mortal de nuevo, según los cánones inquisitoriales de la iglesia católica eterna, del mismísimo loco y enloquecedor Lope de Aguirre, baztanés sin rumbo ni ley, quien quemó, destruyó, degolló a cuanto ser se le puso por delante, incluida su propia hija, en las tierras de los llanos venezolanos, en los mismos lugares en donde nació y creció el autodeclarado bolivariano Hugo Chávez.
     Lean si les apetece el texto, algo largo, que apareció publicado en febrero de 2.001 en la Revista "Trébede" (mensual aragonés de análisis, opinión y cultura).
      Tal como ocurrió lo conté. Sólo cambié algunos nombres propios.
   









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