lunes, 20 de noviembre de 2017

La sentencia estaba dictada.


Marcial Gil Vicente con alumnos.


              No es que las sentencias estuvieran dictadas de antemano, es que la Justicia se aplicaba al revés.
    En otras ocasiones he escrito aquí sobre el Maestro de Orrios, Marcial Gil Vicente.  Les remito estos enlaces.

http://clementealonsocrespo.blogspot.com.es/search/label/Marcial%20Gil%20Vicente.

http://clementealonsocrespo.blogspot.com.es/search/label/Marcial%20Gil%20Vicente

    Ochenta y dos personas de Orrios , en representación de sus respectivas familias, avalaron la conducta del Maestro y convecino Marcial Gil Vicente, según consta en su expediente judicial. 
   Tan sólo dos, el Alcalde y su cuñado el Maestro de Orrios, ambos falangistas testificaron en su contra. 
     El fiscal solicitó una pena de prisión de seis meses y un día. El Juez lo condenó a treinta años de prisión conmutados a veinte.
    La causa: "Adhesión a la rebelión" 
    Como en miles y miles de sentecias se apicó "la justicia al revés".

     Con todo es justo señalar que hubo personas en aquellos tiempos que conservaron la dignidad. 

José Lahoz Tolosa, a la derecha, voluntario del ejército sublevado. 
     Aquí les traigo el testimonio de José Lahoz Tolosa, voluntario en el ejército de los sublevados contra la República, que alcanzó el grado de Brigada durante la contienda, que perdió su brado derecho en acción de guerra, que después, con esfuerzo, se licenció en Derecho y se convirtió en ilustre abogado, sin aceptar ningún cargo político.
     Aquí les dejo su testimonio.

   




       Don José Lahoz Tolosa, Brigada de artillería y caballero mutilado de guerra, mayor de edad y vecino de la ciudad de Teruel
     CERTIFICO: Que conozco perfectamente a MARCIAL GIL VICENTE, de unos 52 años de edad y natural de Orrios de esta provincia, el cual siendo Maestro Nacional de Jalance (Valencia) venía a pasar las vacaciones de verano a su pueblo natal, alternando afablemente en conversaciones y trato con todos los vecinos de la localidad sin distinguir clases ni ideologías, no dedicándose a actividad política alguna, por lo que todo el pueblo le respetaba y estimaba. En los años 1933 y 1934, residiendo el que suscribe en Sueca, aquél ejercía su cargo profesional en esta ciudad y conservó en su vida privada su conducta honrada e intachable, sin que al infrascrito le conste nota alguna desfavorable en el aspecto social. En la pasada guerra de Liberación, aun a sabiendas de mi condición de voluntario del Ejército Nacional, trató con toda consideración a mi familia y a la de los demás combatientes nacionales, que estaban en dominio rojo tachados de “fascistas” y coadyuvó a la no implantación de la “colectividad” en Orrios. De Noviembre del 1941 a Marzo de 1942 que permaneció en éste, conversé con él varias veces y en sus manifestaciones y los actos que yo observé se apreciaba absoluta sumisión a acatamiento a nuestro nuevo régimen.
         Y para que conste en bien de la Justicia y a petición de parte interesada expido el presente en Teruel a diecinueve de octubre de mil novecientos cuarenta y dos.
                                       José Lahoz Tolosa.

Testimonio de José Lahoz Tolosa.


   Y aquí les dejo la sentencia. 
Sentencia contra Marcial Gil Vicente. 1

Sentencia contra Marcial Gil Vicente.2

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