jueves, 30 de noviembre de 2017

Las pinturas de Sijena son mías, los archivos también.



   


   


                           
Miguel Labordeta. Bronce de Pablo Serrano.

       Cuando un investigador accede a los archivos históricos provinciales, autonómicos, estatales, judiciales, municipales, eclesiásticos e incluso los del Ministerio de Defensa, se encuentra siempre con profesionales de la guarda, custodia , clasificación y puesta a disposición de quien quiera conocer la Historia todo un tesoro documental.
        Lo mismo ocurre en las bibliotecas, en donde se pueden encontrar libros que nos llevan al conocimiento que no podríamos tener si no fuera por el trabajo de las instituciones y los conocimientos de quienes las atienden.
        Siempre encontramos en estos lugares los mismos problemas: la falta de personal técnico para la clasificación, catalogación, grabación en soporte adecuado e incluso con los rígidos horarios de acceso.
        Las Instituciones deberían dotar de más medios humanos y técnicos estos lugares del conocimiento y de la investigación.
     Aunque el investigador se encuentra con personal administrativo en ayuntamientos, departamentos diversos, iglesias, comunidades de regantes históricas y entidades muy diversas que, en ocasiones derivadas de la ignorancia, ofrecen dificultades para consultar libros de actas, nacimientos, defunciones, juicios de paz, expedientes que “legalmente” deberían haber sido puestos a disposición de consulta archivística, una vez transcurridos los cincuenta años de su producción.
        Perdemos con ello, sobre todo en ayuntamientos pequeños, múltiples informaciones que nos harían conocedores para poder comprender nuestra vida actual y la de quienes nos precedieron.
Los regidores de algunas instituciones, con demasiada frecuencia concejales y alcaldes, desconocen e incluso desprecian una documentación que en muchos casos está arrumbada en rincones de cualquier dependencia municipal. Incluso puede que haya ido a parar a la escombrera y desaparecida para siempre.
Sin embargo, cuando encontramos personas preocupadas son capaces, con poco esfuerzo, de entregar auténticos tesoros a los archivos provinciales correspondientes, como exige la legislación vigente en abundancia no respetada.
Un ejemplo. El Archivo histórico provincial de Teruel dispone, desde el año 2000, de todos los expedientes de alumnos del ahora llamado Instituto de Educación Secundaria “Vega del Turia” inscritos entre 1845 y 1936.
Otro ejemplo. El Archivo histórico provincial de Huesca ofrece al investigador las actas de los exámenes de alumnos de  los Institutos de Jaca, Barbastro, Huesca, Escuela del Magisterio.
Todos ellos a consulta pública respetando la normativa correspondiente.
¿Por qué en el Archivo histórico de Zaragoza, donde tantos tesoros se conservan, no aparecen los documentos históricos del no menos histórico Instituto de educación secundaria “Goya”, el primer Instituto Universitario de la ciudad, luego convertido exclusivamente en masculino por el Rector de nombre Calamita, y de su desgajado, luego femenino, “Servet”?
 Les aseguro que en estos centros y en muchos ayuntamientos, que deberían cumplir la legislación actual depositando los papeles ocultados en ocasiones en el Archivo provincial correspondiente, encontraríamos algunos documentos como estos referidos a Miguel Labordeta Subías.

      Continuará … … … 


Examen de ingreso en Bachillerato de Miguel Labordeta Subías. Archvio I.E.S "Goya". Zaragoza




Expediente académico de Miguel Labordeta Subías. Archivo I.E.S. "Goya". Zaragoza.




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