El maíz, aquí llamado panizo, en su otoñada. En la linde entre Orrios y Villalba alta. foto c.a.c. |
El
bajo Alfambra sufrió estos días pasados la avalancha de agua recogida en su
zona alta. Llovió con fuerza en la vaguada del altozano entre la sierra de El
Pobo y los altos de Gúdar. Se fue acumulando el agua entre los estrechos que
penetran por Aguilar hasta Galve y allí el cauce dejó sus señales desde
Villalba alta hasta Teruel.
No es la primera vez ni, por
supuesto, será la última. La naturaleza, los barrancos, el cauce del río
reclaman y aun exigen sus derechos de
uso.
El daño ha sido menor y, aun cuando
han quedado los campos embalsados, el cereal de verano ya hace tiempo que había
sido recogido y los panizos de Villalba y Orrios aún podrán ser recolectados
cuando el barro pierda su fuerza y, allá por enero, las cosechadoras entren con
sus bocas gigantes devorando las mazorcas.
Aquí les dejo unas fotografías de
ese cauce alfambrino entre Villalba alta y Orrios.
El río Alfambra entre Villalba alta y Orrios. foto c.a.c |
El sol reluce en la tarde otoñal y nos
marca los colores verdiamarillos de los chopos.
No se engañen, son chopos de
repoblación plantados en los bancales que en su maypría han sido abandonados
por sus dueños hace tiempo obligados a la emigración. En Villalba alta durante
todo el año no viven más que diez personas. Los chopos de repoblación ocupan
los bancales que antaño criaron remolachas, patatas, alfaces y aun trigo.
Aunque dan pocos réditos pasados unos quince años desde su plantación, tampoco
ofrecen muchos esfuerzos: plantar, alguna poda y riego a manta en el verano.
Sí, desde aquí, desde el altozano donde
estoy tengo la vega delante, hermosa a la vista otoñal y, más allá, el
abancalamiento de las tierras antaño roturadas en el altiplano de Villalba alta
y Orrios. Detrás, el perfil de la sierra de El Pobo hasta Castelfrío. Más allá
la vaguada de Allepuz, Jorcas, Camarillas, Ababuj, Aguilar y El Pobo por donde se desliza el río y, de cuando en cuando, como ahora arrastra sus aguas cauce abajo..
Andamos estos días con el dale y
venga de la despoblación y, de nuevo y otra vez, llegan las palabras y las
fotografías y el apretón de manos en televsiones y periódicos y, de nuevo y
otra vez, me suenan huecas.
De nuevo y otra vez suenan vacías
las palabras en eco que nombran el pantano de los Alcamines. Han rugido por
allí las aguas entre los estrechos de Villalba y los jabalíes refugiados por
los restos pétreos y asalvajados del molino vivo en otros tiempos.
Hace muchos años, demasiados, que la
única finca labrantía existente allí fue expropiada. Ahora ni siquiera camina
por sus tierras un rebaño de ovejas, las riberas están invadidas de hierbas,
matojos, y ramas tronchadas. Las zarzas se reproducen sin pausa en la añada, ni
siquiera esquilmadas por la invasión reciente de las cabras monteses.
Los derechos de cobros de la PAC se
los llevan quienes los obtuvieron hace años por una regulación hoy obsoleta, que
los terratenientes y ovipudientes sin ovejas, se embolsan sin trabajos y sin
ganados.
Regular con realismo esa PAC,
incentivar a jóvenes que quieren ser ganaderos de caprino y ovino para que
puedan tener su propia hacienda, sus edificios y parideras, sus herramientas
para la labranza, su organización para la venta agrupados en cooperativas, sus
industrializaciones queseras, sus manipulaciones del forraje energético de los
alfaces y piprigrallos, sus esencias perfumadas del espliego, sus panizos
sazonados por el agua de este río rojo aquí llamado royo que, de cuando en
cuando se pone farruco, harían que la gente hallara algún alivio entre la
angustia de no encontrar trabajo en las industrias devenidas en nada en los
lugares no rurales.
… Y tendríamos familias aquí, y la
alegría de los niños en las calles y las escuelas abiertas…
… y déjense de monsergas palabreras
de señoritos pijaitos.
… una esperanza: han comenzado las
obras para la construcción de una granja de gallinas ponedoras en Perales de
Alfambra.
La vega de Orrios embalsada hace unos días. foto: casa rural El Regajo". |
Es el mal de nuestros pueblos, con riadas o sin ellas. Para colmo, en la ribera, nos han robado, como a Sabina, el otoño y el hielo se ha comido los frutos tardíos.
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