viernes, 27 de mayo de 2022

Orrios. 'Cuánta falta nos hace gente como Don Marcial Gil Vicente!

 

Orrios.

       ¡Cuánta falta nos hace gente como Don Marcial Gil Vicente!

 

Don Marcial Gil Vicente, primero a la derecha mirando la fotografía, con sus alumnos de Sueca.

 

 

 Aquella noche de 1946 llamaron a la puerta. De inmediato se dio cuenta de que otra vez iba a por él. Había dicho unos días antes a su mujer que nunca más aceptaría entrar en la cárcel. Así es que se escabulló por la trampilla que descendía hasta la antigua cuadra ya sin mulos y cuando la guardia civil exigió su presencia ya no lo encontraron en el registro.

            Conocía bien los caminos aun en la noche cerrada. Se refugió hasta la amanecida en el caseto de los Ambrosios y siguió a escondidas por los lugares en los límites de Aguilar y Galve hasta dar, cruzando los cerros de Sant Just, entre las barracas de los pozos de las minas de Utrillas y Montalbán hasta el refugio en un granero de un lejano pariente que lo esnondió durante más de un año. Era en el lugar de Torre de las Arcas.

             Marcial Gil Vicente aguantó entre la paja y los granos y la familia que lo acogió supo guardar un siencio de todos los días hasta que la guerrilla del maquis le proveyó de documentación a nombre de Juan Buj y, como clandestino, arrumbó a Barcelona donde ejerció como maestro en una academia.

            Maestro había sido antes en Utrillas, en Mora de Rubielos, en Jalance y en Sueca. Tenía un historial pedagógico que le honraba y que algún dúa daremos a conocer. Fue un ejemplo de bonhomía y de padre y supo dinamizar con alegría a las gentes de Orrios en los tiempos de esperanza republicana. Por eso fue condenado a treinta años de prisión con la aplicación de la justicia al revés y desposeído de su facultad para seguir como maestro en la represión del “atroz desmoche” del prfesorado que el franquismo impuso.

            Todo el pueblo de Orrios, ochenta y cinco vecinos varones y cabezas de familia como se decía entonces, incluido el cura, firmaron un documento en 1942 en el que se hacían responsables de Marcial Gil Vicente para que le concedieran la libertad condicional y residiera en Orrios. Sólo hubo dos excepciones que repudiaron la firma: el Alcalde de entonces y el Jefe de Falange.

            Algún infiltrado en la célula del maquis que por aquellos lugares actuaba le denunció y entonces Marcial dijo que no, que a la cárcel no volvía.

            En 1952, durante el Congreso eucarístico nacional celebrado en Barcelona, cuando hasta al mismo obispo de Calahorra la policía social le montó el espectáculo falso de todas todas de que lo habían encontrado en u prostíbulo, la persecución se hizo agonizante y en un descuido amedrentado a Marcal Gil Vicente se lo lleópor delante un tranvía.

            Si algún día nos dejan hablaremos en Orrios del gran maestro que fue Don Marcial Gil Vicente y leeremos algunas de las 528 coplillas que dedicó a los pueblos de la provincia de Teruel mientras estuvo recluido en el granero de Torre de las Arcas.

            Traigo aquí algunas de las dedicadas a Orrios.

Y como siempre … quien quiera entender que entienda.

 

159.-Orrios se llama esta villa, en extremo pintoresca, por sus ríos y cañadas, por su caza y por su pesca.
 


 160.- La villa de Alfambra y Orrios, tuvo fueros importantes, para tierras y rebaños y en todos sus habitantes.

 161.- Tu nombre tuvo origen en tu tierra y cualidades, O quiere decir nacimiento y ríos tú ya lo sabes.

 

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