jueves, 20 de octubre de 2022

De cuando "la memoria" no era democrática.

 

 

La escuela-museo de Peñas Royas (Teruel).

 

 

           Sí, lo aprendíamos todo de memoria. De pe a pa. Como borregos en rebaño.

    Algunos ya conocíamos lo apendido antes de saber leer. 

    En la escuela, aquella unitaria de todos los pueblos de la España rural, estábamos todos juntos desde los seis hasta los catorce años. Eso si antes, cuando algunos llegaban a los nueve o diez años, sus padres no los sacaban del aula por aquello de que hacían falta brazos para la sembradera o la recogida de patatas o la decabezada de las remolachas. Y también para ponerse delante de la punta de ovejas y, con el zurrón al hombro, llegaba el venga y dale de todos los días al pastoreo.

    Como lo mayores, los más grandes decíamos, leían y leían delante del maestro aquellas páginas del único libro que pasaba de mano en mano, los más pequeños, aquellos a quienes nos llamaban los más ruines, nos lo sabíamos ya "de memoria".

    No entendíamos lo que decíamos pero memoria teníamos. Aprendimos todo,todo, de memoria. Sin democracia, pero de memoria y con memoria.

    Conocer la Historia no es más que conocer nuestra Memoria personal y colectiva. No es memorizar nada. Sólo esctudiar, interiorizar y externizar nuestra Historia. Pura democracia. Cultura sin más.

    No me vengan ahora con desmemorias totalitarias disfrazadas de macarenas. Déjense de zarandajas los tarambainas de medio pelo con intereses personales sin memoria  y con gónadas pensantes. 

  Ya verán como sigue el erre que erre rutinario y turiferino. 

Que donde no hay mata no hay patata aunque puedan existir los nabos, las navajas y los navajeros.


       Todo porque hoy, 21 de octubre de 2022, por fin, entra en vigor la "Ley de memoria democrática"


Dejo aquí algunos de los textos que aprendíamos "de memoria".


José Antonio era Primo... de Ribera y también nuestro "primo". También teníamos a Pedrín y a Roberto Alcázar. Y al Capitán Trueno.



Que no, que lo de "gualda" no lo entendíamos. ¿No eran tres colores? Rojo, amarillo y rojo. Igual da.

El título ese de "Ingenuidades", con ese tipo de letra tan rebuscado, tampoco lo entendíamos. Ingenuos sí que fuimos. Incluso después de 1950, en que la 19 edición del libro lo pulicó la editorial Salvatella de Barcelona.

 

 

1 comentario: