Hace ya seis años que se viene celebrando en Alfambra la denominada “Subida a la Encomienda”. Que se produzcan acontecimientos que realcen al pueblo y a sus gentes y que sirvan para dinamizar la vida en el mismo merecen apoyo y respeto. Que se dé por cierto lo que no es más que una invención reclama un estudio apoyado en documentos.
Así pues, de seis años a esta parte, el Sábado Santo se celebra una fiesta en la que se nombra por parte del Ayuntamiento un Comendador, quien se dirige a las gentes desde el cerro en donde aún quedan restos del antiguo castillo. Han subido hasta allí en la medianoche del Sábado Santo portando antorchas con el retumbar de los bombos. El espectáculo visual, con su serpiente de antorchas, desde los lugares cercanos y más elevados de Escorihuela y Orrios resulta hermoso, y el emotivo y sonoro haciendo el camino, si el tiempo lo permite, resulta sobrecogedor. Otro asunto es la base histórica en la que se sustenta.
En algún número de la revista “Alarba” se viene diciendo que en ese sábado se subía hasta el castillo para pagar los impuestos al Comendador de turno. Hasta donde se me alcanza no he encontrado ningún documento, de ningún tipo, que lo confirme, en ningún momento de la historia de esta Encomienda sometida en el tiempo a las órdenes militares de Monte Gaudio, Santo Redentor, Temple o San Juan de Jerusalén que, por este orden, dominaron este territorio y mantuvieron como vasallos a las gentes de este territorio que desde finales del siglo XII estuvieron sometidos al Fuero de Alfambra y más tarde a los Fueros de Aragón.
Quienes estén interesados en conocer la historia de este territorio pueden consultar los archivos históricos donde encontrarán abundante documentación y en especial el Histórico Nacional, donde en la sección “Orden de San Juan de Jerusalén. Lengua de Aragón” podrán documentarse acerca de las tomas de posesión de los distintos Comendadores que tuvo Alfambra, de las posesiones que tuvieron en esta villa hasta los años de las desamortizaciones, del vasallaje que juraban los vecinos y de las penas a que podían ser sometidos si no cumplían lo impuesto.
Los acuerdos de pagos se concertaban para la fiesta de San Miguel el 29 de septiembre, y nunca para el Sábado Santo. Es lógico que se hicieran para esa fecha porque para entonces se ha recogido la cosecha de granos, ha terminado el ciclo de la añada y los ganados se preparaban para la invernada en tierras más cálidas. De modo que los pactos impuestos se podían abonar, casi siempre en especie de corderos y gallinas, además de los cereales.
Además no se subía hasta el cerro testigo a pagar estos impuestos sino que se entregaba en el granero de la villa, situado primero en donde hoy se denominada calle del Granero y ya entrado el siglo XVIII en el edificio que fueron las escuelas y en la actualidad se encuentra el Ayuntamiento.
Desde finales del siglo XV era muy dificultoso acceder hasta la iglesia vieja, como lo atestiguan documentos conservados en el archivo de La Seo de Zaragoza, por lo que se decidió construir la actual iglesia que no se terminó hasta el primer tercio del siglo XVII. Las razones que se citan en estos documentos son las climatológicas que convierten el acceso en un barrizal helado. Todavía era más dificultoso llegar hasta los restos del castillo, al que no llegaba ningún camino. El actual se abre en 1956 cuando el cura de entonces enfervorizó a los lugareños a golpe de pico y pala para erigir el actual monumento al Sagrado Corazón. Por aquellos años los escolares accedían hasta las ruinas por lo que quedaba de una senda debajo de los restos de los muros del castillo, senda a la que ellos mismos llamaban “el jardín”, con peligro de caerse por la angostura del mismo, sometido desde siempre a la fuerte erosión de la tierra arcillosa y granulosa. Erosión que no se detiene y que pone en peligro tanto las ruinas del castillo como el monumento, con la colaboración del propio camino que rompió la unidad del cerro al no respetar el acceso primitivo situado debajo de lo que queda de la muralla, y por las gradas pétreas que aún se pueden observar junto al recuperado aljibe. Un camino y un monumento del que no se conservan documentos arquitectónicos ni en el Catastro de Teruel ni en el Obispado. Ni siquiera fotográficos, aunque sí eran noticia en las Hojas Parroquiales de los años sesenta del pasado siglo.
Conocer la historia, respetarla, no manipularla y dejarse de autorías intelectuales sirve para ensalzar las propias fiestas y representaciones. Lo que sí se hacía, según el Fuero de Alfambra, era nombrar a los Jurados del Concejo el Martes de las Octavas, es decir el segundo martes después del Domingo de Ramos. Puesto que según el propio Fuero durante la Semana Santa el recogimiento debía ser tal que ni el Juez podía ejercitar sus funciones. Ese mismo día en que se nombraban los Jurados se intercambiaba un ejemplar del Fuero entre los representantes del Concejo y la autoridad de la Encomienda. Todos los años se intercambiaba y justiciaba con arreglo al ejemplar que no tuviera enmiendas. Se puede leer en el propio Fuero.
Conviene conocer la Historia.
Puede usted consultar un artículo de Vidal Muñoz confirmando el pago en especie en la "Pascua Florida de la Muerte del Señor" (Jesucristo), como dicen literalmente algunos documentos que usted, como bien dice, no ha encontrado.
ResponderEliminarDe todas formas se le aclara que la autoría intelectual hace referencia, según consta en el ayuntamiento de alfambra, a una "recreación", no a una interpretación literal de la historia, por lo que no se entiende la crítica feroz que hace usted de una iniciativa que sólo intenta recuperar el interés por la historia y el patrimonio histórico
Respuesta a "aclaración".
ResponderEliminarMe reafirmo en mi escrito objeto de su "aclaración". Conozco los trabajos del medievalista Vidal Muñoz, referidos sobre todo al "Capítulo de racioneros de Teruel" que sí tuvo relación con Alfambra. Allí se habla en alguna ocasión del pago a esos "racioneros" que, por cierto, eran bastante acaparadores como beneficiarios de sus iglesias. Aportaciones muy documentadas las hace el gran malogrado investigador y profesor Antonio Gargallo Moya en su estudio "El Concejo de Teruel en la Edad Media (1177-1327)I."I.E.T. 2005
El pago a los Comendadores o a sus Procuradores es otro asunto y no tiene nada que ver con la "Pascua Florida" que comienza el Domingo de Resurrección y no el Sábado Santo.
En los Archivos que señalo en mi escrito se pueden documentar abundantes tomas de posesión de los distintos Comendadores que tuvo la villa de Alfambra a lo largo de la Historia. En ningún documento se habla de esa subida a pagar lo estipulado. Sí se habla de las obligaciones de los vasallos y de los Comendadores y de las propiedades de estos.
Otra cosa es recrear festivamente un hecho. Ahí se puede hacer lo que se quiera. Pero afirmar por escrito o declarar a los medios de comunicación que era así cómo se hacía y decir que está en documentos (¿en cuáles?) es falsear los hechos, por mucho que se diga que "sólo se intenta recuperar el interés por la historia y el patrimonio histórico", porque entonces se confunden manzanas con naranjas o melocotones y hasta podemos encontrar jarras de plástico en la Edad Media.
Es muy fácil escribir una "aclaración" escudándose en el anonimato.