Tuve en mi biblioteca casi treinta años todos los documentos literarios personales de Miguel Labordeta. En 1.981 preparé la edición de Epilírica (Los nueve en punto) que apareció en la editorial Lumen. Fui rigurosamente fiel a lo que el poeta quiso publicar y había escrito treinta años antes, en 1.951. Hoy, treinta años después de aquellos versos escritos hace ahora sesenta años, siguen siendo puñetazos verbales para tantos embusteros, crápulas, fulleros, políticos, banqueros, especuladores, bordes, traicioneros, falsos, poderosos, sabios de la pasta gansa, miserables, profetas de paraísos, putrefactos, asesinos de palomas y tantas cosas más.
Tanta verdad sigue abrumando amigo, pero sigue sin hacer despertar las conciencias de quienes nunca se ven retratados en sus poemas.
ResponderEliminarQue gran persona fue.
Un abrazo