¿Qué Historia se estudia en las escuelas españolas?
¿Recuerdan ustedes bien
entrados los años sesenta del siglo pasado aquellas llamadas semanas santas
llenas de terror, con las imágenes de las iglesias veladas con telas moradas y
negras, con los catafalcos inquisitoriales levantados en los altares, con los
silencios impuestos en las casas familiares, con la prohibición de radiar y
televisar programas musicales, con las procesiones ensalzadoras de cristos
desencajados por el dolor de una crucifixión, con los barrocos revestimientos
de los llamados ministros del altar?
Aún tengo grabados en mi interior
aquellos recuerdos tétricos de mi lejana niñez. Lo recuerdo todo ello en mi
pueblo, sí, en Orrios, con el sonido roto de las carraclas fabricadas con ramas
de carrasca por las manos del abuelo. Todo nos llevaba al sentimiento de culpa,
aquella culpa con que nacimos, ya marcados con el pecado original y, sobretodo,
en aquella semana santa en que, todos, matamos al Cristo desencajado en la cruz
asfixiado en su agonía.
Le dimos la lanzada en el pecho y le
calmamos la sed con vinagre.
Por eso, justo un año después de que
aquel general de voz aflautada, chiquito aunque matón, pregonara aquello de
“cautivo y desarmado el ejército rojo”, justo un año después, en aquella semana
santa de 1940, el cura de Orrios sale en procesión, con cruz alzada y capa
pluvial, y, los falangistas de este pueblo diminuto, prietas las filas como
impone el orden que debe reinar, organizan el desfile de las gentes emparejadas
por las calles llenas de guijarros del lugar. Zagales y zagalas, mozos y mozas,
casados y casadas, viudos y viudas, viejos y viejas, todos caminan en silencio tétrico
en la tarde fría y aborrascada. Les han dicho y lo rememoran
rumiando en silencio y silencio que hay “tres días en el año que relucen más que el
sol: Jueves santo, Corpus cristi y el día de la Ascensión."
Pero el Cura del lugar, con cruz alzada y protegido por su
capa pluvial, presidiendo “la procesión tradicional de la pasión acompañado del
Sr. Alcalde, Falange y fieles” de cuyo orden se encargaban los falangistas del
pueblo, observó que un par de mozos “se reían y mofaban del acto”. Por eso, de
inmediato, el 22 de marzo de 1940, el Cura y el Alcalde, cada uno por su cuenta
y en los mismos términos, informan al Gobernador Civil para que ejerza su benévola
autoridad.
Tan benévola fue que los dos denunciados,
que como casi todos los habitantes de este lugar no tenían donde caerse
muertos, porque no había jornales que ganar, y las tierras de labranza
escaseaban, y la subsistencia, en aquellos momentos, era bien difícil y, ya
ven, un año tan sólo después de acabada la guerra, el dolor y el hambre
presidía aquel lugar tan castigado, tan benévolo fue el Gobernador que les
impuso DOSCIENTAS CINCUENTA y CINCUENTA pesetas de multa, en virtud de que el padre
de uno tuviera un par de casas y el otro nada como toda fortuna. Eso sí, podían recurrir la multa, después de
haberla pagado, impuesta “por la falta absoluta de espíritu religioso …
desobediencia y carencia del respeto que a todos deben merecer las Autoridades
que en modo alguno estoy dispuesto a consentir”.
Lean con calma los documentos depositados
en el Archivo histórico de Teruel y observen la cultura lingüística del
denunciante Cura Servando Civera, quien además de su curiosa sintaxis escribe
“hayer” (con hache), “ovedecerle” (con uve) y “Governador” (con uve).
Pero eso.. qué importa. Prieten... prieten las filas. Y estudien Historia, por favor.
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Aquí les dejo el escrito del Cura y su transcripción literal
Tengo el honor de poner en su conocimiento de
V.E. que hayer al salir la procesion tradicional de la pasion, al salir de la
Iglesia revestido con capa pluvial acompañado del Señor Alcalde falange y
fieles, el falangista Lorenzo Martin Millan (encargado como sus compañeros de
velar por el orden a ruego del que suscribe) vieron que Miguel Navarro Fortea y
Elías Blasco Perez se reian y mofaban del acto, se vio precisado a llamarles la
atencion, y en lugar de obedecerle le insultarón y llego á ponerle
violentamente la mano en el pecho, entonces requirio el falangista Lorenzo al
jefe de Falange el cual fue insultado y desafiado por los citados vecinos de
esta Villa Miguel Navarro Fortea y Elias Blasco Perez.
Lo que pongo en su conocimiento rogando
a V.E. se digne imponer el correctivo conveniente para que sirva de ejemplo en
prestigio de las autoridades ultrajadas y en bien de la religion ofendida.
Gracia que el exponente no duda
conseguir del bondadoso corazon de V. E. cuya vida guarde Dios muchos años.
Orrios 22 de Marzo de 1940.
Servando Civera. Cura
Exmo. Sr. Governador
de la provincia de Teruel.
Y aquí está la resolución del Gobernador Civil de Teruel
Respuesta del Gobernador:
Vista una información
llegada por diferentes conceptos a este Gobierno acerca de que con motivo de la
celebración de una procesión el día de Jueves Santo Miguel Fortea Navarro y
Elías Blasco Pérez, ambos vecinos de esta localidad, se encontraban en lugar
por donde había de pasar la citada procesión, adoptando a su paso una posición
de mofa y falta del debido respeto que tales actos deben merecer, siendo
requeridos por un militante de Falange para que depusieran su actitud, sin que
los denunciados le hicieran caso alguno, con el agravante, además, de que le
contestaron en forma violenta, llegando incluso a amenazarle de obra, lo mismo
que al Jefe Local de F.E.T. y de los J.O.N.S. que les amonestó a requerimiento
del afiliado.
Considerando, que todos ellos, además
de la falta absoluta de espíritu religioso que representa, implica un caso
concreto de desobediencia y carencia del respeto que a todos deben merecer las
Autoridades que en modo alguno estoy dispuesto a consentir: en uso de las
atribuciones que me están conferidas he acordado imponer a Miguel Fortea
Navarro, la multa de DOSCIENTAS CINCUENTA PESETAS y a Elías Blasco Pérez la de
CINCUENTA.
Dichas sanciones las deberán hacer
efectivas en el plazo de ocho días en este Gobierno civil, a partir desde el
siguiente al de la notificación de las mismas, pudiendo recurrir contra esta mi
providencia en el expresado plazo de ocho días ante e Excmo. Sr. Ministro de la
Gobernación pero consignando previamente y a mi disposición el importe de las
sanciones en la Caja de Depósitos de la Delegación de Hacienda.
Lo que digo a Vd. para su conocimiento,
el de los sancionados, a quienes notificará en forma reglamentaria dándose
cuenta y demás efectos.
Éste es el informe de la Guardia Civil, a petición del Gobernador.
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