En todos lugares existen gentes y
lugares royos, y si no que se lo pregunten a los de Villarroya. O a los mismos
maquis que anduvieron por estos lugares de Peñas Royas, en lo más alto de esta
sierra de Gúdar, escondidos y jodidos de frío entre las nieves y los pinares
del Monegro y las masadas de Sollavientos.
Así es que los de Villarroya son todos
royos. Y algún que otro por estos lugares de los desiertos heladores de estas
tierras fueron rojos. Y eso sí que no.
Para meterlos en vereda ahí estaba el guardia
segundo de la Guardia civil del puesto de Villarroya con su enrevesada mano
para la escritura, y el Alcalde que mandaba al alguacil pregonar sus bandos, y
el cura que oficiaba la misa dedicada a san 18 de julio, y el Gobernador Civil
que imponía las multas porque mandaba más que Dios en 1942.
Si es que a las villas royas de turno les
deberían haber cambiado el nombre después de la guerra civil, elevada a los
altares el 18 de julio de 1936. A ver, qué es eso de que una villa sea roya en
este país enlutado.
Si el Alcalde más arribaspaña que “por
la victoria hacia Dios” manda que a misa por san dieciochodejulio pues a misa y
prietas las filas, que por eso son las banderas imperiales, y al frente, que la
Guardia Civil bien tricornia es.
Y a pagar la multa, por trabajar en festivo
tontosdelaba, Y veinticinco pesetas siempre fueron cinco duros de cuando
entonces.
Cuando entonces estos esquiladores
destripaterrones, rastrapajas y peones, no tenían ni un duro para poder comprar
la hoz y la zoqueta que les protegiera los dedos en esos días de julio, cuando
los trigos tiesos había que tronzarlos por recoger los cuatro granos de
centeno, por aquello de las tronadas cuando vienen no las para ni san Pedro
bendito, aunque los curas y caciques sacaran en procesión a Santa Bárbara con
sus milagros sin efecto ante los peñazos de la pedregada.
A ver qué se han creído ustedes, que
para eso hicimos una guerra, y para eso la ganamos y ponemos a los santos
cuando queremos y hacemos una fiesta de guardar cuando nos da la gana.
Y a la viuda del tuerto fusilado en Peñas
Royas cabeza rapada y sanjoderse.
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