La Corinna y el Borbón encorinnado. |
Ay, Ay, Ayuso... guarda para cuando no hay. |
Valeriano Bécquer. "Los Borbones en pelota". El furor uterino de la abuela Borbón. |
Lunes de
Carnaval.
Martes de Carnaval.
Miércoles de
Carnaval.
Jueves de Carnaval.
Viernes de Carnaval.
Sábado de Carnaval
Cuando lleguen a la Octava
vuelvan y cásquenle otra vez al Carnaval.
Aquí no se puede dejar TÍTERE con cabeza.
¡Que esto es una FEMERA!
¡A
la cárcel, coño! Que para eso están aquí los de la caverna mediática.
Federiquín de todos los Santos con la escopeta
cargada a desmano, Carlos Herrera y sus muchachos COPEando. En el A.B.C. se
enseña el alfabeto, a ver si os enteráis. El Mundo da vueltas, ¿o no lo ves?
La Razón de la sinrazón produce monstruos. El País va como el
país, sin
rumbo. Las vanguardias periodísticas escritas, radiadas y visuales de
todos los
infectos sótanos son amamantadas por el fondo de reptiles y las gallinas
cobardicas plasmáticas cacarean como pollitas piando entre sus
tirabuzones remilgados repiqueteando que no le cierren su madrileñito
mierdoño junto al oso que se tapa las narices. El pimpollo fra.Casado ni
fu ni fa remolonea en torno al monótono baile de la Macarena. Dale a tu
cuerpo una tuerca revolera. ¡Ay picotera!
¿Qué no harían ahora con Don Ramón María
del Valle Inclán?
En 1922 veía la luz –es un
decir- “El esperpento de la hija del capitán”, una de las tres obras bautizadas
con agua sin bendecir con el nombre de “MARTES DE CARNAVAL”.
Como sabe quien haya leído la trilogía, los
MARTES ocurrían todos los días de la semana, porque MARTE es el dios de la
guerra y MARTES DE CARNAVAL eran los militarotes trapisondistas de “La Corte de
los milagros” de la reina Isabel II, la Chata, un putón verbenero. ¡Ay, qué realeza es la realeza! ¡Ahora y
siempre! ¡Ay mi.Corinna, ponme la Corona y me voy a la arabesca!
Una gozada leer a Valle Inclán en estos
momentos en que la femera boñiguera hispana deja su empanada diaria para
alimento del personal. Aquel extravagante ciudadano, como lo calificó Miguel
Primo de Ribera, aquel otro “martes” de la Dictablanda, seguro que acabaría
enchironado porque, como él decía de un secretario pijaito chupatintas al
servicio del ministrín de turno “Dieguito, usted desconoce la historia de
España”.
Estos botarates de hoy que husmean los meos
de la carnavalada no conocen las palabras que dice el personaje de “El General” en la escena sexta de “La hija del
capitán”.
Dice
así: ¡Sinibaldo, saldremos al paso de esta acción deletérea. Las Cámaras y la
Prensa son los dos focos de donde parte toda la insubordinación que aqueja,
engañándole, al pueblo español”.
Y más adelante: “ Redactaré un manifiesto al país. ¡Me sacrificaré una
vez más por la Patria, por la Religión y por la Monarquía!”.
Y cómo “El Capitán” le contesta “el golpe sólo
puede darlo usted”, “El General”, con toda su pompa le responde: “Naturalmente,
yo soy el único que inspira confianza en las altas esferas. Allí saben que
puedo ser un viva la virgen, pero que soy un patriota y que sólo me mueve el
amor a las Instituciones. Eso mismo de que soy un viva la virgen prueba que no
me guía la ambición, sino el amor a España. Yo sé que esa frase ha sido
pronunciada por una Augusta Persona. ¡Un viva la virgen, señora, va a salvar el
trono de San Fernando”.
Lean, lean a Valle Inclán, disfrútenlo, y
al acabar, como él mismo se permitía, alcen la garra, échense una meada y
tírense una pedorreta no sin antes gozar con calma las DRAMATIS PERSONAE que él
mismo puso al frente de “La hija del capitán”. Les propongo que pongan nombres
actuales a los que puso Valle. Si luego huele a femera es cosa suya (de ellos y
de usted).
Y no se olviden de berrear bien fuerte con la copa de morapio alzada "Ehpaña, Ehpaña, siempre Ehpaña."
DRAMATIS PERSONAE de “La hija del
capitán”.
El Golfante del organillo y una
mucama negra mandinga.
La Poco Gusto, el Cosmético y el
Tapa Rocas, pícaros de las afueras.
Un horchatero.
La Sinibalda, que atiende por la
Sini y su Padre el Capitán Chuletas de Sargento.
Un General Glorioso y los Cuatro
Compadres: El Pollo de Cartagena, el Banquero Trapisondas, el Ex Ministro
Marchoso y el Tonguista Donostiarra.
El Asistente del Capitán.
Un Camarero de café.
El Sastre Penela y el Batuco,
acróbatas del Código.
Un Camastrón, un Quitolis, un
Chulapo acreditado en el tapete verde, un Pollo babieba y un Repórter, socios
de Bellas Artes.
Totó, Oficial de Húsares,
ayudante del General y el coronel Camarasa.
Doña Simplicia, dama intelectual.
Su Ilustrísima, obispo in
partibus.
Una Beata, un Patriota, un
Profesor de Historia.
El Monarca.
Un Lorito de Ultramar.
Organillos y Charangas.
…
Valle Inclán,
Magister, dixit.
Valeriano Bécquer. Los Borbones en pelota. |
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