miércoles, 30 de marzo de 2016

Orrios. Casa solariega del Marqués de la Cañada.


Orrios. Escudo de armas en la fachada de la casa solariega del Marqués de la Cañada. @ cac.


        Hace un tiempo publiqué las líneas que siguen referidas a la casa solariega de los Marqueses de la Cañada.  Hoy he descubierto este víedo que les adjunto. La casa ha pasado por distintos propietarios desde finales del siglo XIX. Durante algunos meses, mientras duró la última guerra civil, sirvió de cuartel general a las tropas republicanas, ocupada también más adelante por los medieros, arrendatarios o servidores de los propietarios posteriores. Su corral y enorme cuadra albergaban las recuas de mulos por la sanmiguelada, cuando iban camino de la feria de Cedrillas. La ermita adjunta, ya desparecida, hace sesenta años, servía como almacén de patatas y remolachas. Sus actuales propietarios, los descendentes de la familia Ferrer, mantienen con esmero la sala principal, la escalera y las pinturas de la cúpula.


https://www.youtube.com/watch?v=fz4hSrYvyX8


Rótulo conservado en la fachada de la iglesia. Orrios.@cac.





    De tanto pasar y volver a pasar por la calle Mayor de Orrios uno no se da cuenta de la casa solariega que fue de los Ibáñez Cuevas, primero Barones de Eroles y luego Marqueses de la Cañada (entiéndase Cañada-Sicilia, adquirido el título como premio a la relevancia militar de los poseedores).

      Traigo aquí hoy el escudo pétreo conservado sobre la puerta de entrada de esta casa de una de las familias de hijosdalgo, clérigos, militares y terratenientes que se mantuvo durante la segunda mitad del siglo XVII, todo el XVIII y bien entrado el XIX.

       En los archivos históricos se conserva abundante documentación de los servicios prestados a los reyes de entonces y de los premios en abundancia terrateniente y en honores. Alguno de ellos llegó a poseer la Orden de Carlos III.
Año 1709. Se asienta la primera piedra. @cac.
        Aún hoy en Lidón, donde se asentó la casa, en Orrios y en Teruel (la casa de la Marquesa) se conservan, aunque sin mucho mantenimiento, las casas que fueron palacio de sus residencias. En los años finales del siglo XIX y principio del XX las propiedades fueron vendidas y hoy las amplias heredades terratenientes no pertenecen a la familia esmerada en conservar sus intereses leales a la corona regia y a la iglesia católica, a quien sirvieron y de quien se beneficiaron.

         En abundosos documentos se puede apreciar cómo los patricios de la casa adquieren riquezas y las reparten con testamento entre los numerosos hijos, a los que marcan, según convenga, su dedicación a la milicia, al clero secular o conventual y al matrimonio de conveniencia.
Pintura sobre la cúpula.
         Quede aquí constancia de la casa solariega que tuvo como máxima aún conservada en la pintura de su cúpula "perseguidos mas no vencidos".

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