jueves, 17 de mayo de 2018

Teruel. Guerra civil. Mentiras. Miedo.Gila. 3




Teruel, hoy, desde el claustro elevado del Museo de la ciudad. foto @ cac.


       Estoy apoyado sobre el pretil solano del claustro renacentista donde se ubica el actual Museo de Teruel.
       Esta casona pétrea que albergó la Comunidad de aldeas de Teruel, construída en la seguda mitad del siglo XVI, ofrece una muestra fotográfica y otros materiales bélicos que ha venido  en nombrar como "Teruel, ciudad devastada".
    Sí, fue una cidad devastada hace ahora ochenta años, vaya si lo fue. Y no me deja de producir dolor cuando contemplo tanto derrumbe y rememoro tanto sufrimiento de aquellas gentes a quienes les tocó vivir, sufrir y morir aquellos días y los años y años que siguieron.
    He venido otra vez aquí por sumergirme en el Archivo histórico, diseñado el edificio por la mano del arquitecto Monguió y su sello modernista.
     Contemplar hoy Teruel desde esta atalaya me hace olvidar por un rato las barbaridades que encuentro escritas en los documentos archivados.
 ¡Cuánto dolor causó aquella guerra civil que destruyó tantos enseres y tantas vidas!
    Quiero olvidar por un momento y contemplar estos cielos de Teruel a lo lejos, mientras rememoro con una sonrisa no exenta de humor negro un documento recién encontrado y firmado en este edificio que tengo aquí al lado por quien se convirtió en alcalde, un tetiveleta político llamado José Maícas Lorente,  al día siguiente de entrar las tropas sublevadas, en aquel febrero de 1938.
   Me surge la vena irónicolingüistica entre párrafo y párrafo y lo gloso a mi manera.


Documento original en Archivo histórico de Teruel (AHPTE)



      Julio Catalán Mondragón era oficial del Ayuntamiento de Teruel el 18 de julio de 1936, cuando aquello de la sublevación del militar Virgilio Aguado y los otros, ya saben. Al hacerse cargo de la Alcaldía del citado Ayuntamiento José Maícas Lorente, en febrero de 1938,  se presentó en su puesto de trabajo. Y Maícas le dijo que se dirigiese ante la Policía instalada en la entrada del edificio. De allí directo fue a parar a la cárcel. Y se le abrió proceso de Depuración. Le siguió otro jucicio sumarísimo instado por las Jefatura de la Quinta región militar. Su titular era el general, antes coronel Monasterio, aquel de la última carga de la caballería. En realidad no fue carga sino paseo a caballo desde Rubielos de la Cérida hasta Alfambra en un par de días. Para eso los junker, aquellas pavas alemanas, habían bombardeado y ametrallado todo el territorio. 
   En definitiva, al funcionario Catalán Mondragón se le privó de su trabajo aunque fue absuelto de cualquier delito en 1943. Recurrió en 1948  y le dijeron que tururú que te vio.

    Pero miren ustedes el escrito del Alcalde. ¡Vaya caligrafía! ¿De quién? ¿De algún funcionario bien adicto a la causa franquista ya instalado en la ciudad devastada?
 ¡¡Arriba España!! Sí señor. Bien alto y a la derecha. Presidiendo el escudo de la "siempre heroica, abnegada y mártir" ciudad de El Torico.
   El escrito está lleno de mentiras según el posterior proceso, que no juicio,  sumarísimo, pero ¡vaya selección lingüística! la del redactor de turno: "defendía a los capitostes rojos enalteciendo al Gobiero Azaña al que titulaba 'potente gobierno'.
 De manera que funcionarios del Ayuntamiento estuvieron de tertulia los días 20, 21 y 22 de julio de 19366. Y mientras, al día siguiente 23 "cuando llegó a Teruel el primer avión marxista, exteriorizó su alegría en la Plaza de la Catedral y dijo: ahorá tirará prensa y propaganda".
   Pues eso, ojalá todos los bombarderos de uno y otro bando habieran tirado prensa y propaganda.
 Lean, lean y vean: "Cuando los rojos atacaron a Teruel, por Corbalán, no asistió a la oficina por unos cuantos días ni se dio a ver. Fue suspendido de empleo y sueldo temporalmente y en cuanto que la Ciudad era cañoneada o la aviación roja bombardeaba no se le veía por la oficina"
   "El día del primer aniversario del bárbaro asesinato del Excmo. Sr. Don José Calvo Sotelo, no concurrió a los funerales máxime que vio como el Ayuntamiento y funcionarios asistían en pleno". (Pues eso, máxime léxicosintáctica y toma ya
  "Durante los días del asedio de Teruel no se presentó ni al Ayuntamiento ni  a esta Alcaldía ni asistió a la oficina como asistieron los demás" (Se olvida el amanuense de decir que los demás se metieron a cobijo en el cercano Seminario o en la Comandancia como hizo el propio Maícas).


"En cuanto los rojos invadieron los primeros barrios de la Ciudad, pasó a Mora de Rubielos donde gozaba de completa libertad, frecuentaba el Castillo donde sufrían prisión los detenidos y allí denunciaba a las personas de derechas, alternaba con todo desahogo y altanería con los dirigentes marxistas y servía de asesor e informador de los jueces fiscales y acusadores" (Pues nada de esto aparece en el sumarísimo que se le formó. Lo cierto es que como otros muchos fue evacuado a Valencia y mientras duró la guerra ocupó una plaza de Maestro en Teresa de Cofrentes. Es cuestión de conocer la sentencia absolutoria)


"Es elemento de todo cuidado, peligroso, desafectísimo del Glorioso Movimiento y perjudicial para la Causa Nacional".
"Se ha distinguido como de ideas avanzadas de izquierdas, laico y contrario a la España Nacional" (Pues por eso, por ser de ideas avanzadas de izquierdas y laico se tuvo que marchar al pueblo de Muniesa y sobrevivir como su laicismo avanzado le pudo permitir después de ser depurado).
  

Como era de rigor en aquel entonces 20 de mayo de 1939, Año de la Victoria, y muchos años después "Dios que ha salvado a España guarde al Caudillo y a V. E. muchos años Excmo Sr. Gorbernador Civil de esta provincia."

      Y así seguimos, con Su Excelencia bien guardado bajo la piedra granítica del Valle que él mismo iglesió en Cuelgamuros. Los demás amontonados y deshechos por la humedad filtrada bajo bajo la descomunal cruz.

    Como decía Gila, con boina pueblerina y reluciente camisa roja, "es que los fusilaron mal".
 
¿Aquí hacían tertulia durante los bombardeos?

 

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